El reciente conflicto entre Rusia y Ucrania está revelando poco a poco los planes que Rusia tiene desde hace varios años, que parece que lo regresarán a la etapa feudal, pues busca excluirse del mundo occidental, por lo que prepara su desconexión de las redes globales de Internet para montar la propia, exclusiva del territorio soviético.
De acuerdo con Kommersant, medio ruso, el Kremlin informó a todas las entidades digitales registradas en Rusia que para el 11 de marzo estas tienen que cambiar de dominio, eliminando cualquier intervención de redes y servidores extranjeros dentro de la red de Internet rusa.
Esta medida podría venir motivada luego de las presiones internacionales de Ucrania, la OTAN y los demás aliados occidentales, para retirar a Rusia del servicio de Internet global, cosa que hasta el momento no ha sucedido, pero que ha tenido eco en servicios digitales como PayPal o Twitch, que eliminaron su participación en este país.
Ante la posibilidad de que la data y el soporte de los sitios web rusos pueda desaparecer de manera inmediata si se concreta la desconexión de esta potencia europea, el gobierno ruso plantea esto como una medida paliativa, organizando una red de Internet completamente rusa y de la que el Kremlin pueda tener control absoluto.
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Aunque algo así sería difícil de gestionar como un plan de contención, esta se sirve de la ley del “Internet soberano” que Vladimir Putin promulgó en 2019, con la que se centraliza toda la red de servidores dentro del país, dándole poder al gobierno central de hacer y deshacer cualquier conexión.
RuNet, la alternativa de Internet soviética
Este plan, aunque complejo, se comenzará a aplicar a partir del 11 de marzo, en el que Rusia plantea desconectarse de la red global para implementar la RuNet, que se asemejará a los servicios web que China y gran parte de la región asiática tienen, con gran control sobre las plataformas y la transmisión de datos de usuarios.
Si bien este se plantea algo mucho más cerrado, la idea del control es la misma, buscando que toda la información que circule esté a la disposición del dueño de la red, que en este caso es la administración de Vladimir Putin.
Sin embargo, desconectarse de la red global es más complicado de lo que parece, pues aunque un servicio esté alojado en servidores enteramente rusos, las condiciones de la programación y de las interfaces pueden no pertenecerle solamente al dueño del servidor en cuestión.
Plugins, CMS, protocolos de seguridad, encriptadores de datos y demás herramientas también tendrán que ser gestionadas por el gobierno ruso en dado caso de que busque esta desconexión total, que tendrá impacto en servicios y los mercados que tienen presencia en el extranjero o con los propios que pertenezcan a otros países y estén en Rusia.
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