God of War regresó con una experiencia totalmente renovada para una nueva plataforma
Reseñar un juego es complicado… pero lo es aún más cuando éste no es ni siquiera nuevo; es más, tampoco es diferente del original, pero aún así es tan grande como aquellas viejas reseñas y artículos recuerdan. Este es el curioso caso de God of War y su edición para PC.
No es que no disfrutara en primer lugar el Father Simulator de Kratos. Lo gocé en grande en su momento, sobre todo porque fue tal vez uno de los juegos que más levantaron el poder que da tener una PlayStation 4, una consola que en la generación pasada estuvo bastante por delante de Xbox en casi todo momento.
Asimismo, el poder ver una historia mucho más humana, dentro de lo que cabe, del destructor de dioses le dio una dimensión completamente nueva al personaje. La reinvención del mito del mito, un meta mito, llegó con todo un sistema de mejoras en mecánicas, gráficas y, por supuesto, oportunidades. El único dios que le faltaba retar a Kratos es el dios creador, aquél que decide sus pasos y se encarga de que sus polígonos estén ordenados a la hora de rasterizar.
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Todo esto lleva en el mundo desde 2018 y sigue siendo verdad. El juego es bueno y todo lo que lo hizo grandioso y un favorito de esos desplegados que generalmente acaban sonando como “una carta de amor al videojuego” o cualquier otro lugar común que habla más de la flojera intelectual de los autollamados críticos, que de realmente un verdadero logro en cualquier industria.
Nada cambia ahí. El juego es el mismo, Kratos juega a ser padre y God of War es un maravilloso videojuego que, en su momento, nos brindó una experiencia estética difícil de igualar. Sin embargo, nada de lo que existía en 2018 puede asumirse como la realidad de aquello que vivimos en el presente, el fatídico mundo DP (Durante Pandemia). Lo que cambió fue, sin duda, los ojos con el que podemos mirarlo… ¡Ah, claro! También la plataforma.
Mismo juego, diferente mundo
El 2018 fue un año curioso. Mientras que las tensiones políticas en todo el mundo crecían, la cultura pop decidió deleitarnos con críticas mordaces a su industria… con más productos masivos que desafiaron su propia naturaleza. Avengers: Infinity War y Bohemian Rhapsody dominaron el box office, mientras que Cobra Kai y Narcos asaltaron el streaming global; sin olvidar que Drake y Ed Sheeran jamás bajaron del top 10 global.
Entre toda esa amalgama de crítica y nostalgia combinada, llegó God of War con una historia nueva, repleta de simbolismos y elementos que llenaron a los fans de antaño, pero también con un gameplay moderno que, por supuesto, estaba a la altura de lo que se esperaba de una franquicia de este estilo.
Los elogios nunca se hicieron esperar. Al igual que The Last of Us o Metal Gear Solid, se asumía que el juego era bueno sin siquiera haberlo jugado y es que, palabras más palabras menos, es una maldita joya del videojuego.
Todo en él fue grandioso, a pesar de que el PS4 se estaba quedando ya obsoleta para los estándares y las futuras tecnologías de imagen que, por supuesto, ahora solo son posibles en Xbox Series X, PS5 y la siempre todopoderosa PC.
Ver a Kratos en una hazaña que, por fin, no le incluía solo a él como el mito que él mismo se labró entre la comunidad gamer fue un punto fresco para replantearnos los problemas mitológicos que, otrora, se resuelven solamente mediante la fuerza bruta.
Atreus, como complemento odioso y muchas veces poco útil, fue exactamente lo que God of War necesitó para construir una historia que por fin bajaba del panteón de dioses a este destructor de deidades. La humanidad que reclamaba Kratos con su trato brutal y hostil hacia Los Inevitables, terminó siendo una realidad solo gracias a su conexión con el piso que caminaba.
Si bien esta historia cobró sentido en 2018, gracias a toda esa nostalgia barata que se nos vendió en remakes y reboots, como una perfecta alusión a esa misma ancla que nos impide caminar, en 2022 es… bueno, es completamente diferente.
El juego es el mismo, claro, pero se siente diferente. Mirar a los ojos Kratos y a Atreus tras una nueva pantalla también nos hace volver a mirar ese pasado. Ese mundo que, sin saberlo, se dirigía a una de las odiseas más pesadas y crueles en la historia humana moderna.
Bien lo dice aquél heraldo negro: aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla. God of War, en su versión para PC, llega en medio de una cuarta ola de contagios globales, frente a un mundo que, tal como el universo ficticio en el que nos movemos, está destruido por su propia náusea.
Ahora, los vestigios de esas antiguas ciudades habitadas nos recuerdan nuestra propia desgracia. Un mundo consumido, necesitado de resurgir de entre cada pedazo de escombro se alza entre sus cenizas aisladas y rodeadas de cuatro paredes, ya sea quien escribió este texto taciturno y cansado, o aquel que lee detrás de otra pantalla.
En definitiva, poder volver a experimentar el camino de Kratos a sanar su propio karma, gracias a la motivación de cuidar aquello que más quiere y ama, cala más hondo a dos años de encierro y risas entre los llanos.
God of War con un control de Xbox
La persona que escribe esto, un afamado PCerdo con un largo recorrido en aquellos juegos que ponen a prueba más bien la estabilidad mental que el aim, también se sorprendió con la decisión de PlayStation de llevar sus exclusivos a PC. Es decir, la barrera entre los consoleros y la gente de PC siempre es esa: tenemos más FPS, sí… pero no tenemos tus juegos.
Basta decir que el aura de superioridad que rodea a la PC Master Race es falsa, porque si bien sí existen siempre condiciones para tener mejores componentes, la mayoría de los pc gamers se tienen que conformar con lo que la inflación de sus países les permite, que es (en honor a la verdad), sumamente similar al de una consola de antigua generación. (vía: Steam)
Pero este no es el punto, me estoy yendo un poco por las ramas. El asunto es que sí, tener los exclusivos de PlayStation en esta plataforma nos permite un sinfín de opciones como poder jugarlo con un control de Xbox o que, en un futuro, tengamos un mod para poder convertir a Kratos en Barney y a Atreus en Selena Gómez. El cielo es el límite.
La experiencia es bastante fluida y a pesar de las malas experiencias que nos han dado otros ports con anterioridad, este se mantiene a la altura en todo momento. Este fue nuestro test bench para esta reseña:
- CPU: AMD Ryzen 9 5900X
- GPU: EVGA RTX 3060
- RAM: G.Skill TridentZ Neo (3600 MHz)
- Almacenamiento: SanDisk Extreme Portable V2
- Motherboard: MSI MPG X570 Gaming Edge WiFi
- Refrigeración: MSI MAG Coreliquid 360R
- Monitor: Gigabyte G27QC (2K)
Con todo en ultra a resolución 2K, el juego levanta a unos 45 FPS estables (41 FPS -1%), pero bajando sencillamente las sombras o reducir la resolución de renderizado, podemos ir siempre arriba de 60 FPS. Las temperaturas del sistema se mantuvieron siempre por debajo de los 80°C en GPU y sobre los 50 °C en CPU, que no tuvo mucha carga, yéndose siempre alrededor del 20% de uso en tan solo unos cuántos núcleos.
Esto habla, en primer lugar, de que este port fue hecho con bastante trabajo de optimización y se pensó perfectamente para que pueda tener diferentes estados de ajuste dependiendo del nivel de usuario sin afectar la experiencia. El simple hecho de no caer nunca a los 30 FPS, aún con esta presentación visual y con todos los valores gráficos al máximo, nos habla de un buen trabajo en ese apartado.
Sin embargo, al estar también en una plataforma que utiliza otro tipo de método de entrada, hace visibles algunos errores, como la interminable cantidad de paredes invisibles que, si bien al principio interrumpen muchísimo la experiencia, con el pasar de las ocasiones se sienten casi hasta cómicas (esto no es un elogio, sino todo lo contrario).
Fuera de eso, el trabajo de Santa Mónica Studio para traer este título a más personas es asombroso. Realmente es difícil poner en una balanza los pros y los contras, porque aunque los contras son evidentes, son tan pocos que quejarse se siente hasta casi poco ético. God of War resistió la prueba del tiempo y en PC solo se ve y se siente más colosal.
Jugamos God of War en PC con un código para Steam proporcionado por un representante del PlayStation en la región.
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