My Hero Academia se aproxima a su final, así que los personajes verán su último crecimiento, de habilidad y de mentalidad de cara al máximo enfrentamiento contra los villanos.
Hasta ahora, Izuku Midoriya se había colgado el rol que tenía All Might, intentando convertirse en la figura de la esperanza por sí solo, pero el último número del manga nos mostró un ligero cambio en su objetivo.
A lo largo de las páginas de My Hero Academia vimos cómo el apoyo de la clase 1-A fue vital para enfrentar las adversidades, y ahora Deku debe abrazar esa idea para salir adelante.
Midoriya ha intentado por todos los medios hacer honor a su papel como sucesor de All Might, pero todos sabemos que las cosas no han salido del todo bien cuando se lanza al combate en solitario.
Este aspirante a héroe deberá enfrentar pronto a Shigaraki, pero durante su enfrentamiento con Toga por fin aceptó algo que debió ver hace tiempo. Debe confiar en sus compañeros.
Si vas al corriente con el manga habrás visto que Ochaco y Tsuyu fueron clave para superar a esta villana, quien básicamente quiere deshacerse de Midoriya por rechazar su amor.
Por mucho tiempo Deku sintió que era su deber acabar con el terror de Shigaraki, pero luego de ver cómo habían salido adelante en otros conflictos, aceptó que necesitará ayuda.
My Hero Academia no necesita otro All Might
Llenar los zapatos de Toshinori no es algo fácil ni algo que sea realmente necesario, ya que esta obra no se construyó en torno a Deku, sino al fuerte bloque que la clase 1-A consiguió.
Este cambio en la mentalidad del protagonista seguro se verá reflejada en los próximos números, donde las individualidades ya no serán el foco de atención.
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