Este 6 de octubre llega la más reciente entrega de Assassin’s Creed en la forma de Mirage. Una aventura que celebra los 15 años de la franquicia y además apunta a regresarnos a sus raíces. Con mucho sigilo, herramientas de asesino y una historia más condensada.
Muchos fans han estado a la espera de volver a los orígenes del credo. Sobre todo después de la trilogía de Origins, Odyssey y Valhalla, los cuales son masivos en historia y contenido, además de enfocados a la acción. Lo cual ha hecho que muchos aseguren que la época clásica es la mejor de los Assassin’s ¿De verdad es así?
Los puntos malos de cada época de Assassin’s Creed
Puede que estés viendo a los Assassin’s Creed clásicos con algo de nostalgia
En preparación para jugar Assassin’s Creed Mirage decidí pasar de nuevo uno de mis favoritos, Black Flag. Cabe destacar que tenía unos cinco años desde la última vez que lo disfruté. El disfrute que tenía hace muchos años con esta historia pirata, ahora se convirtió en frustración en diferentes ocasiones.
La época clásica de esta franquicia de Ubisoft no ha envejecido muy bien que digamos. El combate muchas veces es poco responsivo. La variedad de enemigos no es muy grande y además no hay mucho incentivo para cambiar de estrategia. Parry y contraataque para enemigos pequeños o esquiva a los grandes y dales por la espalda. No hay más.
Por supuesto que el énfasis en ese entonces era más en utilizar el sigilo y las herramientas de asesino a tu disposición. Sin embargo, hasta sus sistema para pasar desapercibido ya se siente muy antiguo. Los enemigos caen constantemente en las mismas trampas aunque vean una pila de cadáveres en el lugar. Además de que te pierden de vista con mucha facilidad. ‘Oh, lo vi meterse a ese arbusto, seguro ya está a kilómetros de aquí’.
Tampoco puedo dejar de mencionar el parkour, una de las insignias en Assassin’s Creed. Quizás lo recuerdes como emocionante y sin igual para la época. La realidad es que ahora se siente muy imperfecto. El mínimo desvío de la palanca hace que te vayas por un camino totalmente diferente al que planeabas. Esto se vuelve especialmente frustrante en las misiones donde debes correr detrás de alguien. Sin mencionar que muchas de las misiones no eran variadas entre ellas. Siempre se reducían a asesinar a un objetivo o seguir a alguien para escuchar su conversación.
La época moderna también tiene cola que le pisen
Por supuesto que con la llegada de Assassin’s Creed Origins vinieron muchos cambios. El combate se volvió más fluido, complejo y responde mejor a tus comandos, pero con enemigos que son esponjas de daño. El sigilo nos dio más opciones, aunque las IA sigue con sus tendencias suicidas de investigar sin cuidado zonas llenas de cuerpos.
Sin embargo también vino una tendencia hacia los enormes mundos abiertos con cientos de misiones y objetivos secundarios. Completarlos las primeras horas se siente como una buena distracción de la historia principal. Pero conforme pasan las horas comienza a volverse tedioso. Con mucha suerte, o fanatismo, lograrás hallar el 50% de todos sus coleccionables.
Además podríamos argumentar que se perdió un poco la esencia de lo que era Assassin’s Creed en sus inicios. Los más modernos se sienten como títulos de acción RPG con unos toques de sigilo, sólo para pretender que siguen siendo lo mismo.
Incluso sus propios protagonistas dejaron de ser asesinos como tal. Ya eran un padre en busca de venganza, un mercenario y un conquistador vikingo. Sólo parecía que forzaban a la órden de los asesinos como una manera de mantener algo de consistencia en la franquicia.
Sin embargo es bastante claro que Assassin’s Creed pasó por una crisis de identidad. Misma que fue detectada por los jugadores quienes se lo dejaron saber a Ubisoft. Como resultado tenemos a Mirage, que busca unir lo mejor de dos mundos. Aunque no sabemos si lo lograra.
Assassin’s Creed necesita hallar un balance entre lo clásico y lo moderno
Assassin’s Creed no es una saga perfecta y desde el inicio tuvo problemas que fueron arreglándose con el tiempo. Aunque también los modernos trajeron su propia serie de complicaciones y detalles que no gustaron a los jugadores. Así que el futuro de la franquicia podría estar en hallar un balance.
Algo que se ha mantenido con todas las entregas es que Ubisoft hace un excelente trabajo para recrear ciudades históricas y la época en la que suceden sus historias. Esto es de lo que más le gusta a los fans, así que eso debe mantenerse.
También es mucho mejor contar una historia más concentrada y que no presente tantas distracciones. Ya que algo que tienen los Assassin’s Creed modernos es que la siguiente misión principal puede llevarte a kilómetros de distancia, lo que te abre a que te distraigas y pierdas el hilo fácilmente con otras actividades.
Para mantener el tema de que controlamos a miembros de un credo que se dedica a trabajar en las sombras, el sigilo debería volver a ser el centro de su jugabilidad. Aún así siempre tiene que haber conflicto. En ese caso sería mejor tener el combate de las entregas más recientes. Claro que hacerlo más realista y que los enemigos no se sientan como esponjas que aguantan hasta el espadazo más fuerte.
Assassin’s Creed Mirage parece tener esto en claro. Hasta que llegue el momento en el que todos los jugadores lo disfruten no sabemos si lo logrará o no. Pero quizás será un primer paso para que esta querida saga de Ubisoft halle de nuevo su camino.
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