Un filme de videojuegos no necesita ser pretencioso o inventar el hilo negro. Buenos efectos especiales, un guion decente y una dirección digna pueden entregar productos entretenidos como Sonic
¿En qué falla la mayoría de las películas de videojuegos? Muy sencillo, se salen de la idea de la obra original y la ‘tropicalizan’ para atrapar a más audiencias. La cuestión aquí es que, en la mayoría de las ocasiones, el esfuerzo termina en un miserable fracaso. Por fortuna, Sonic sabe a dónde quiere llegar y cumple con su objetivo: entretener.
Ahora, Sonic: La Película presenta al personaje, respeta de dónde viene y sus poderes, y aprovecha nuestro mundo como escenario para que el espectador de menor edad se sienta familiarizado. ¿Y los fans de los videojuegos? Para ellos hay dosis de ‘fan service’ muy puntuales.
Con esto en mente, Sonic: La Película, ¿a qué lado pertenece? ¿Al de esos filmes basados en videojuegos que son despedazados por la crítica? ¿O a esas entretenidas propuestas que dejan un grato sabor de boca en la audiencia?
Define a tu héroe – Sonic: La Película está libre de pretensiones
Una de las fortalezas que tiene la película de Sonic es que desde el inicio sabes que tiene poderes y es muy rápido. ¿Por qué? Eso lo explican de inmediato aprovechando el – tal vez ya gastado – recurso narrativo del ‘¿quieren saber cómo llegué aquí?’ ¡Vamos! Si eso funcionó en Iron Man, también con el más importante personaje de SEGA.
Las explicaciones son muy claras; por qué está en la Tierra, para qué sirven los anillos y cuál es su deber. Es el tradicional camino del héroe que nunca falla, solo que, en esta ocasión, nuestro protagonista tiene una personalidad muy bien definida que va a acorde a lo que vemos en el juego.
Ahora, del lado live action tenemos a Jim Carrey haciendo un papel bastante digno como el Doctor Robotnik. Aquí puedo decir que el personaje antagónico está escrito para explotar las habilidades histriónicas del actor de origen canadiense.
El desarrollo del eterno enemigo de Sonic también es muy claro desde que lo presentan. Sí, al inicio parece que Robotnik no es más que un simple y egocéntrico villano, pero, con el paso de la película, también te dejan claro por qué es así.
Es importante añadir que Jim Carrey de verdad carga buena parte de la película. Se nota su experiencia haciendo villanos. Fue la elección perfecta para cubrir el papel antagónico.
El lado de ‘los buenos’ lo cubre James Marsden como Tom Wachowski, un policía local en el pequeño pueblo de Green Hills, Estados Unidos donde radica nuestro querido Erizo Azul. Como buena persona de pueblo, tiene sueños y aspiraciones de salir adelante en una vida que tal vez no es la que realmente le conviene.
Hasta aquí, Sonic: La Película no inventa el hilo negro, es más, es un producto muy predecible que solo requiere unas palomitas y refresco para acompañar. El sabor dulce que balancea el combo está en…
El humor, la animación y los efectos especiales
Tal como lo mencioné antes, Sonic: La Película no cae en alguna clase de pretensiones, pues sabe que sus aspiraciones están en entretener al público infantil y a los gamers. En otras palabras, es filme para toda la familia.
Con esa clasificación se establece que el humor es simple, sano y en algunas veces tonto. La personalidad de Sonic y de Tom Wachowski hacen un juego de inmediato y, gracias a eso, es que podemos disfrutar de momentos con un humor que los niños van a devorar por lo bueno que va a estar.
¿Y qué hay del público gamer? Bueno, la actitud de Sonic en su película tal vez no hace clic inmediato con lo que vemos en las series animadas o los videojuegos, sin embargo, es porque lo estamos conociendo, no es un héroe instantáneo y es importante que el protagonista entienda bien lo que puede hacer.
Ahora, los efectos de ir rápido no solo son emocionantes, también son ‘divertidos’ y se roban una página de Quicksilver en las películas de X-Men de Fox. Sí, es evidente ‘el tributo/copia’, pero, funciona muy bien, a pesar de que la comparación es inevitable.
La animación en Sonic: La Película es regular; a veces es buena y en otras se cae. Se nota que los ajustes costaron mucho trabajo. Cambiar el diseño del protagonista debió ser un trabajo titánico. Es una lástima que se haya disuelto el estudio detrás de la tarea de entregar el rediseño de Sonic en su película.
¿Qué tal lo hace Luisito Comunica?
Llegamos al elefante en la habitación. Mientras que en Estados Unidos se quejaban de la presentación animada de Sonic, en los países de habla hispana se preocupaban por la elección de Luisito Comunica como la voz de Sonic.
Queda claro que esta personalidad de YouTube y las redes sociales no tomó alguna clase de entrenamiento que lo ayudara a desarrollar su actuación. Digamos que es tan lamentable como la voz en español de Seiya en la serie CGI de Caballeros del Zodiaco para Netflix.
Del otro lado, Mario Castañeda lo hace súper. Sería raro que no diera su voz a Jim Carrey. De ahí en fuera, el trabajo del elenco restante cumple. Tal vez las productoras deberían pensar un par de veces antes de elegir a un influencer para un papel protagónico. O si lo hacen, que mejor hagan un casting para ver quién sí puede con el trabajo.
Con todo esto…
‘Sonic: La Película’ – ¿Deberías ir a verla?
Bien, mentiría si digo que Sonic: La Película no me entretuvo. Incluso, puedo decir que es tan entretenida como Detective Pikachu. Sí, hay una buena cantidad de fan service al principio y al final del filme y eso se agradece.
También va a provocar que muchos niños vayan a buscar los juegos o, en su defecto, algún gorro o juguete alusivo al personaje.
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Si nos ponemos muy estrictos en términos de cine propositivo o de arte, Sonic es un producto pedestre en toda la extensión de la palabra. Es la caricatura del sábado en la mañana que está diseñada para entretener a una audiencia en específico y nada más.
Por otro lado, ese es su verdadero valor y no por eso deberías de subestimarla dado que el entretenimiento está garantizado. A esto debe añadir que es un producto que respeta mucho a la obra original y eso es lo que los amantes a los videojuegos de SEGA van a amar en todo momento.
¿Deberías ir a vera? ¡Sí! No cabe la menor duda que no te arrepentirás.