Los japoneses quieren ganar de nuevo el Óscar a mejor animación y si siguen así, seguramente lo van a lograr
Después de ver Mirai: Mi Pequeña Hermana me doy cuenta de que los estudios japoneses de animación tienen enterrada en lo más profundo esa espina de no ganar el Óscar desde el Viaje de Chihiro en el 2003.
De todas las películas animadas que salen en Japón, al menos un par están al nivel de competir por un premio de la Academia, sin embargo, no logran estar nominadas por temas de fechas o porque son productos muy locales.
En el caso de Mirai: Mi Pequeña Hermana, tenemos una propuesta muy local, sin embargo, también tiene una narrativa fantástica que puede ser adoptada por cualquier niño de occidente el cual enfrentará la difícil tarea de ser el hermano mayor de una pequeña bebé.
Lo primero que debes de saber es que Mirai: Mi Pequeña Hermana es dirigida por Mamoru Hosoda, un director japonés cuyo currículo incluye películas como “Summer Wars”, “La Chica que Saltaba A Través del Tiempo”, “Los Niños Lobo” y “El Niño y la Bestia”. Si no te parecen conocidos los nombres, date una vuelta por Netflix que ahí te las vas a encontrar.
Ahora, la gran mayoría de las películas de Mamoru Hosoda son un híbrido de animación tradicional y un poco de CGI y Mirai no es la excepción. Lo mejor es que este director japonés no abusa de este apartado y lo utiliza solo cuando se trata de mostrar detalles fantásticos los cuales sirven para que hagas volar tu imaginación. Con esto en mente ahora resolvamos el primer detalle…
¿De qué va Mirai?
El escenario es una pequeña casa en la prefectura de Yokohama, un sitio pegado al mar en Japón muy cerca de Tokio el cual goza de bellos paisajes que mezclan urbanismo y naturaleza de un modo muy interesante. Este hogar es habitado por una joven pareja de casados que pasa por las etapas de tener un perro, luego un bebé y después recibir un segundo el cual vendrá a cambiar las cosas por completo.
El protagonista es un niño de cuatro años llamado Kun, un chico con una clara afición por los trenes que debe enfrentar la llegada de su recién nacida hermanita la cual ahora recibe toda la atención que antes era para él. El contexto suena muy básico, sin embargo, la película explora la mente deKun cuando va al patio de su casa el cual solo tiene un árbol.
Este objeto de la naturaleza es clave pues representa los días en el que el hermano mayor era quien estaba bajo los reflectores de los padres, en otras palabras, dominaba. Ahora, cada detalle de la casa es una pieza para contar una historia, desde el cuarto de juegos, hasta la misma cocina.
Mirai = Futuro
Mirai en español significa futuro, así que en esta película se juega mucho con los viajes en el tiempo. La cuestión aquí es sobre cómo un niño tan pequeño afronta estos saltos temporales que exploran a toda su familia.
Ahí es donde la magia de Mirai y Mamoru Hosoda brillan como estrellas en el cielo en medio de la noche, pues hay mucho carisma en los personajes, calidad en los efectos, grandes movimientos de animación y, sobre todo, sentimiento.
Mirai en el papel no parece una película tan profunda como muchos imaginan, sin embargo, los personajes otorgan naturalidad, lo cual es un elemento fantástico. Este escenario podría pasarle a cualquiera, especialmente cuando se trata de un chico de apenas cuatro años con una hermana menor la cual toma su lugar como “el bebé” de la casa.
No dejes de ir a verla
Mirai: Mi Pequeña Hermana está desde el fin de semana del 19 al 21 de abril en cines de México. Se tomará un descanso por el estreno de Avengers: Endgame y luego volverá para el fin de semana del 3 al 5 de mayo.
Eventualmente llegará a más cines de Latinoamérica, así que los tendremos al tanto cuando se den a conocer las fechas.