Con Mulaka ya disponible, vamos a hablar un poco acerca de los paralelismos entre este juego mexicano y el glorioso Ōkami de Capcom.
Si hay un juego que en estos momentos está haciendo mucho “ruido” entre la comunidad videojugadora mexicana, es Mulaka de estudio Lienzo. Este título indie, disponible actualmente para la mayoría de las consolas y PC, se lanzó la semana pasada. Es sin duda uno de los juegos más decentes de manufactura nacional, y la crítica se ha mostrado favorable con éste.
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Y eso a pesar de que el juego no tiene gráficas ultra realistas, reconocidos actores de voz o renombrados diseñadores detrás. Es todo lo contrario, y quizá esa es una de sus principales fortalezas. La idea de emplear una línea de arte minimalista y estilizada dotó a este título de un encanto muy especial que no es posible evitar.
Mulaka, pura manufactura nacional
Fue por eso mismo que cuando empecé a jugar Mulaka, a pesar de las diferencias, pensé “esto se siente como Ōkami”. No dudo que otros medios manejaran la idea de que se parece a The Legend of Zelda, y ciertamente también es así. Esto es lógico debido a que tanto este juego de Capcom como la serie de Nintendo guarda paralelismos entre sí.
Entonces, ¿por qué digo que Mulaka se parece a Ōkami? Dejando a un lado el sistema de combate, que en el juego de Amaterasu es muy superior, este título mexicano deja una impresión parecida. Lo que sucede es que la aventura del diseñador Hideki Kamiya se sumergió en las raíces del rico folclore japonés, de su mitología con sus leyendas e historias.
Lienzo hizo algo parecido, pero en su caso se nutrieron de uno de los pueblos más enigmáticos de México: los tarahumaras o rarámuris. Una nación dentro de otra nación, con sus propias costumbres y tradiciones que se remontan a miles de años en el pasado, con su propio cuerpo de creencias. Fue ese rico legado lo que sirvió a este estudio para crear Mulaka.
Mulaka y Ōkami, semejanzas y desigualdades
Japón y México son naciones que destacan por su variedad de tradiciones. No es extraño que equipos de ambas naciones hayan dado a luz juegos como Ōkami y Mulaka, respectivamente. Ojalá este estudio mexicano hubiera tenido más recursos a la mano al momento de trabajar. Habría sido genial que algunos aspectos de este título quedarán más pulidos.
Lo más curioso es que cuando leo las fuentes de inspiración detrás de Mulaka, al menos en lo que se refiere a las declaraciones de Lienzo, no veo casi menciones al respecto. Pero los paralelismos están presentes. La primera vez que quedé encerrado en una zona de combate, de inmediato pensé en la aventura de Amaterasu, y, en segundo término, en las secciones con Wolf Link en The Legend of Zelda: Twilight Princess.
A nivel técnico, el diseño de personajes y el empleo de cel-shading acrecientan dicha impresión. Quizá Lienzo logró esta impresión sin pretenderlo. Pero al igual que Ōkami, la naturaleza está muy presente en Mulaka. Solo que a diferencia del primero, son los bosques, desiertos y montañas de la Sierra Tarahumara son los entornos predominantes.
Veremos que depara el futuro a Lienzo, pero espero que su siguiente juego sea igual o más creativo que Mulaka.