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A lo largo de los años, las compañías de videojuegos nos han regalado multitud de minijuegos, ya sea en títulos aparte, o contenidos en nuestros juegos favoritos.

Cuando hablamos de minijuegos… ¿qué es lo primero que nos viene a la mente? Muchas veces cuando hablamos acerca de ellos, muchos piensan en compilaciones de ellos en títulos party, como es el caso de la popular serie de Mario Party. O tal cual son, como en WarioWare. Pero al hablar acerca de este tipo de elementos, también podemos tomarlos de otra manera.




¿En qué sentido? Pues de “juegos dentro de juegos”. Suele ser común que, en los videojuegos mayores, en especial RPGs, de acción aventura o de mundo abierto, aparezca de vez en cuando minijuegos que nos permiten variar la rutina. El caso es que a veces son tan adictivos, que muchos invierten horas y horas en ellos, más que en las misiones principales.

Muchas series tienen minijuegos en su interior

Algunos de The Legend of Zelda son legendarios, como el de pesca, que en Twilight Princess alcanzó su máxima forma. O como el Blitzball de Final Fantasy X. ¿Fuiste de los que mataron el tiempo jugando Gwent en The Witcher III? ¿O disfrutando de Tin Pin Slammer de The World Ends with You? El caso es que este tipo de extras son muy bien recibidos por los fans.

A veces se desbloquean después de hacer cosas específicas. Por ejemplo, ¿recuerdan el de Super Mario RPG: Legend of Seven Stars? Sí, ese mismo donde empleábamos un escarabajo para dispararle a una serie de caparazones rojos. El caso es que solo podíamos obtenerlo si nos poníamos necios con el Toad que es su dueño.

Sino éramos lo suficientemente insistentes, este sería uno de esos minijuegos que nunca conoceríamos. Hay ocasiones en que algunos de ellos en realidad son prototipos que nunca lograron convertirse en juegos completos. Ese es el caso de Guy Savage, que está disponible en Metal Gear Solid 3. Según Hideo Kojima, alguna vez pensó en hacer este título, pero fue cancelado.

Esas pequeñas sorpresas con que nos topamos

En otras ocasiones los minijuegos terminan volviéndose juegos completos. Eso fue lo que le pasó a Project Gotham Racing 2, que incluía dentro de sí a Geometry Wars. Tuvo tanto éxito, que se convirtió en un título por separado. Muchos clones le siguieron después, pero fue sin duda una muy grata experiencia para los jugadores.

Fue el mismo caso de Captain Toad: Treasure Tracker, que inició siendo un minijuego de Super Mario 3D World. Nintendo vio que dicha idea podía explotarse más, y por eso decidió darle continuidad primero en el Wii U, y después en el Nintendo Switch y N3DS. Los minijuegos son sin duda una forma con la cual las compañías pueden variar la jugabilidad de sus creaciones.

Y a veces, cumplen funciones útiles, como los que existen en las pantallas de carga de Ōkami, Bayonetta y hasta de Splatoon. Bastante útiles para matar el tiempo o cuando esperamos para entrar en combate. Y tú, ¿tienes algún minijuego preferido que a veces disfrutas más que el juego donde viene contenido? No dudes en compartir tu opinión.