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El pasado 23 de enero la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos compartió la lista de sus nominados para la ceremonia de los Oscar de este 2025. Sin embargo el momento muy esperado por los fans del medio se convirtió en tema de conversación y no por las razones indicadas.

Todo porque una de las películas más controversiales del año, Emilia Pérez, arrasó con las nominaciones llevándose un total de 13. Además de que lo hizo en categorías donde realmente resulta risible su inclusión. Lo cual hace parecer que estos premios ya dejaron totalmente de lado su supuesto objetivo de celebrar lo mejor del cine para convertirse en un evento político.

Emilia Pérez podría ser una de las peores películas nominadas a los Oscar

¿Por dónde comenzar con Emilia Pérez? Seguramente para estos momentos ya están enterados de todo lo que tiene de malo esta película del director francés Jacques Audiard. Desde pésimas actuaciones, aún peores traducciones y canciones que ningún profesional catalogaría como una pieza musical.

A pesar de todo es una de las películas más nominadas en la historia de los Oscar. De hecho estuvo a prácticamente un premio de estar empatada con las más nominadas en la historia de la ceremonia: All About Eve y Titanic. Incluso superó en nominaciones a El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Quien vio esas películas sabe que no hay absolutamente ningún punto de comparación. 

Emilia Pérez es igual de buena que El Señor de los Anillos de acuerdo con los Oscars.

Mientras todas esas brillaron realmente en todos sus apartados, Emilia Pérez no es más que una obra que raya en lo amateur con un acercamiento realmente poco profundo a sus complicadas temáticas. El narco, la vida en México, las desapariciones, las personas trans y las operaciones clandestinas. Todo se toca con la sutileza y el conocimiento de alguien que sólo vio narcoseries en su tiempo libre.

Realmente la Academia considera que una parodia de la transición de las mujeres trans en una narconovela está al mismo nivel de cintas que recrearon con detalle la primera década del siglo XX o incluso crearon extensos mundos de fantasía. Si bien los Oscar siempre tuvieron controversias, está claro que ya perdieron el rumbo de lo que eran.

Este favoritismo se nota a leguas como una respuesta política

Está claro que las 13 nominaciones en categorías que ni siquiera merece ya posicionaron a Emilia Pérez para ser la gran triunfadora de la noche. De hecho en los Golden Globe ya vimos que se llevó el premio a mejor película musical por encima de la totalmente superior Wicked.

Seguramente en los Oscar se repetirá la historia cuando se lleve el máximo premio de la noche así como el de mejor actriz para Karla Sofía Gascón. Sin embargo, no será por que lo merece, sino porque Hollywood quiere utilizar esta película para darle un mensaje al presidente Donald Trump y sus políticas.

Emilia Perez Oscars
Fuente: Pathé

Desde que asumió la presidencia, Trump implementó varias normas en contra de la comunidad trans. Además de que desde su primer mandato hizo evidente su desprecio hacia los mexicanos con redadas masivas, la eliminación de las páginas en español de la Casa Blanca y recientemente su intento de cambiar el nombre del Golfo de México. Claro que también acaba de catalogar a los narcos como terroristas.

Emilia Pérez es justo una película sobre un narco mexicano que se convierte en una mujer trans. Así que seguramente los Oscar vieron esto y aprovecharán para convertirse en un evento totalmente político. La premiarán para enviar un mensaje a favor de México y la comunidad trans.

Sin embargo, es realmente una ironía que para combatir a un gobernante con tendencias racistas utilicen a una película prácticamente igual o peor de racista que trivializa el proceso trans. Después de todo no fue hecha por un mexicano, sino por un francés. Un francés que además la filmó en su propio país, con sólo una actriz mexicana en su reparto, sin conocimiento alguno del idioma y que admitió que no estudió para nada la cultura porque ‘ya sabía lo que debía’.

No es la primera vez que algo así pasa en los Oscar

Al principio de su historia e incluso hasta la década de los 90 podríamos decir que los Oscar realmente premiaban a lo mejor del cine. Sin embargo con los años comenzó a hacerse más evidente que la premiación se tornó en algo más reaccionario en lugar de una celebración del arte.

Uno de los ejemplos más conocidos es Forrest Gump. Una película que si bien es entretenida estaba lejos de ser la mejor de 1994. Después de todo ese año también tuvimos las icónicas y muy recordadas Pulp Fiction así como Shawshank Redemption. Sin embargo la cinta protagonizada por Tom Hanks se llevó el gran premio de la noche por ser una ‘celebración de la historia de los Estados Unidos’.

Emilia Perez Oscar
Fuente: Pathé

10 años después tuvimos toda la debacle de Crash que curiosamente suena bastante similar a lo que vemos con Emilia Pérez. Esta película quiso abordar las complicadas relaciones raciales en Los Angeles, pero fue muy criticada por hacerlo en un tono muy simplista e incluso adoctrinador. Aún así los Oscar lo consideraron la mejor porque sintieron que reflejaba muy bien problemáticas de la época.

Más recientemente tuvimos el movimiento de Oscar so White donde actores afroamericanos y el público se quejaron de que en 2015 la mayoría de los actores nominados eran blancos. Al año siguiente la película que se llevó el premio máximo fue Moonlight que justamente tenía un reparto mayormente afroamericano.  La gran favorita de esa noche era La La Land, la cual curiosamente aún se ve, discute y encuentra nuevos fans mientras que Moonlight prácticamente quedó en el olvido.

¿Será esta ceremonia la que los haga replantearse las cosas?

Realmente los Oscars ya no son lo que eran ni en cuestión de su manera de premiar ni en su audiencia. Desde hace varios años la ceremonia tiene cada vez menos espectadores. Con trabajos llega a los 18 millones cuando en otras épocas superaba hasta los 50 millones. Ahora sólo si sucede algún escándalo como el de Will Smith o la equivocación de La La Land es cuando atraen personas. De otra manera, parece que el interés va disminuyendo.

Esto podríamos tomarlo un reflejo de que las personas ya no consideran a esta premiación como la autoridad de antaño. Antes ganar un Oscar realmente significaba algo, pero en los últimos años sólo significa que tocaste las cuerdas adecuadas en los nervios de la élite de Hollywood.

Los Oscar tienen estas tendencias políticas y reaccionarias desde hace tiempo. Emilia Pérez parece la culminación de todos estos años y lamentablemente demuestra que  la ceremonia ya dejó atrás cualquier pretensión de ser una celebración del arte para convertirse en un evento meramente político. Si siguen así realmente terminarán con la misma credibilidad de cualquier videoclub de un vecindario.

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