Takopi no Genzai ha sido todo un éxito en el verano de 2025, siendo una serie de tan solo seis episodios logró cautivar a todos en internet: el dolor en las infancias traducido a secuencias coloridas y de trazos robustos consiguió posicionar rápidamente a Shizuka, Naoki y a Marina como una leyenda, pero, ¿realmente podría ser el título del año? Yo pienso que no, ¿quieres saber por qué? ¡Entérate aquí!
Takopi no Genzai es un anime que ha sido muy notado por la narrativa y por la dirección de la serie, sin embargo, para ser el anime del año, se toman en cuenta otros parámetros que complejizan, solidifican y elevan las narrativas, cuando menos desde mi perspectiva.
No obstante, esto no significa que Takopi Genzai sea malo o que no cumpla lo básico de una anime ejemplar. A continuación aclaro la situación.
¿Por qué Takopi no Genzai no debería ser el anime del año?
¿Qué sucede con el género de la obra?: la narrativa y su desarrollo
Takopi no Genzai es una obra de manga que se considera dentro del género de ciencia ficción, drama y terror. Sin embargo, es muy compasivo en varios sentidos, recordemos que ello es el eje principal que vértebra a los héroes del shōnen, en otras palabras, debido a ello, replica, en cierto sentido, su ejemplaridad.
Takopi, al igual que un puro y empecinado héroe de shōnen, busca proteger y hacer felices a todos, pese a no comprender la felicidad como como constructo en el planeta Tierra. Por ello, Takopi no Genzai nos permite paladear tonos agridulces, ya que, las fortalezas que adquiere del shōnen clásico se tambalean y caen en una oscuridad que no alcanza como tal al shōnen oscuro (está bien, es otra cosa, no quiere parecer un shōnen oscuro, ese no es el problema).
Takopi inicia como un héroe legendario de otro planeta que no logra comprender cómo es que los adultos consiguen criar a sus hijos sin hacerlos felices, o cuando menos, con los cuidados básicos que él sí recibió en su planeta. Aún con esto, sin prejuicios, logra vincularse con los niños desafortunados que se encuentra, eventualmente, luego de diferentes bucles temporales, comprende los dolores y huecos que los mantienen en sentido de alerta y de angustia. Tambien, lentamente reconoce su papel alrededor de ellos: compañía y consuelo, porque todo es adverso.
En este sentido, Takopi no Genzai ilustra de manera evidente y significativa el proceso de comprender la forma en que puede ayudar (sin agencia) a los niños que tanto aprende a apreciar: acompañar, escuchar, abrazar. Y debido a ello, nos deja, a su vez, un aprendizaje conmovedor, y tan cruel como acogedor. Es una idea verdadera, una enseñanza de vida y aplica para todos.
Poco podemos y debemos hacer en la vida de los demás, sólo la compañía, la escucha y el cariño persisten ante las dificultades que pueden llegar a enfrentar nuestros seres queridos en momentos realmente críticos. Si bien, Takopi tiene un proceso amplio para llegar a estas conclusiones, a nosotros nos lo presenta bondadosamente en seis capítulos de anime.
Pese a la sensibilidad que evoca Takopi no Genzai, considerarlo como un parte aguas en las narrativas de manga, adaptadas a secuencia de anime, requiere más. La historia, por más conmovedora, no ha innovado ni en formas de expresión narrativa, ni en hechos, las narrativas.
Los niños desamparados y los destinos trágicos son el germen del que siempre parten las historias (de manganime). Además de esto, la aparición de Takopi como héroe ingenuo, también es infinitamente replicado partiendo del shōnen clásico; no que sea malo, pero no sustenta algo considerado como novedoso o único, ni en contexto, ni en desarrollo, tampoco en vinculación entre personajes.
Por supuesto, la innovación y reformulación de tropos no lo es todo y tampoco es lo único importante para conceder el título de anime del año. Sin embargo, también existen graves huecos narrativos y fragilidad en la historia.
Ejemplo de ello, se suponía que Shizuka habría muerto cuando Takopi la encuentra en la segunda línea temporal: ese es el trágico final que abre la historia, por el que él se comienza a sobre esforzar y a usar la cámara feliz en múltiples ocasiones. Sin embargo, en la primera línea temporal, Shizuka sobrevivió y regresó como golpe karmático para Marina, algo que podría ser considerado como grave error de verosimilitud en una historia de viajes en el tiempo.
¿Cómo es que Shizuka simplemente habría sobrevivido? Takopi confirmó su muerte, entonces, ¿jamás murió? Dudas.
Por otro lado, la depresión profunda de la madre de Marina y su violencia innata que, instaba a la niña a maltratar a Shizuka, la hija de la amante de su marido, deja con muchas puertas abiertas y desconexiones de flujo narrativo verosímil, dentro de su misma historia, ¿habría permitido aquello: la amistad entre las niñas? A final de cuentas, los niños no lograban ser felices, en gran medida, por su entorno, tanto Marina como Shizuka estaban condicionadas por él, ello no cambió incluso al estar junto a Takopi, pero ¿sí resultó al escuchar sus susurros? Narrativamente funciona sí, pero de manera frágil.
Entonces, desde el germen replicativo de la historia hasta su desarrollo, hay cuestiones que cuadran de manera extraña, no fluyen de forma sólida, tanto a nivel del culminación como de desarrollo narrativo.
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¿Qué tienen de especial los personajes?
Los personajes en Takopi no Genzai se delinean respondiendo a los otros, a final de cuentas, todos son niños abusados, cuyos maltratos replican en entes más vulnerables que ellos mismos. Su soledad, o más bien, lo poco que pueden gestionarla por ser infantes, los abruma y los lleva por caminos aún más desoladores: sin salida.
El desarrollo de los cuatro personajes en Takopi no Genzai es bastante ambiguo y flexible. Takopi comprende un poco a que se enfrenta luego de vivir las cosas una y otra vez, hacia el final, opta por la única y última salida. Y de alguna forma, “crece”. Sin embargo, el caso de Naoki se reduce a algo parcialmente sencillo, cuando se había elaborado más; lo mismo sucede con las niñas, el odio y frustración de Marina; y el temor y dolor de Shizuka, si bien, es bonito que se use la magia de Takopi, en cierto sentido, terminó reduciendo con su magia los problemas de las niñas.
Lo “decepcionante” es que traía una narrativa mucho más fuerte que tenía vistas para construir a los personajes de manera más contundente, a final de cuentas: Naoki desarrollaba un fuerte trauma psicológico, uno muy interesante y que tenía razones de ser. En pocas palabras, los personajes se truncan, pese a dar más señales de profundidad.
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Y en cuestión técnica: banda sonora, secuencia de animación y escenarios
La cuestión técnica de Takopi no Genzai fue realmente alabada, desde el diseño de los escenarios hasta las secuencias de movimiento, nos recordaron a otras obras de anime ejemplares. Justamente los trazos rectos y los detalles en los ojos de detalles estrellados, nos permitieron impregnarnos de un aura infantil bastante fresca.
Lo dulce de los rostros de todos, resaltaba con el contraste realmente abrasivo de la dura narrativa, ello fue uno de los puntos más exquisitos que pudimos disfrutar de la serie: una animación cuidadosa y acorde a la narrativa: un estilo equilibrado, ya que, de hecho, nunca fue netamente dulce, los trazos del delineado de los cuerpos, nos dejaban señales de alerta.
De esta forma, si bien, Takopi no Genzai nos presentó una animación pulcra, la narrativa y el desarrollo de los personajes llegó a tener descuidos importantes. Es cierto, la historia funciona y es buena, consideremos que, con un poco más de profundidad en estos aspectos, habría generado una impresión distinta, aún más intensa.
Sin embargo, es cierto que el impacto en la audiencia es crucial para premiar un anime, y en esto, ha ganado bastante el sacrificio de Takopi, que cuidó incluso como ente omnipresente a los desdichados niños que encontró. ¿Tú le darías el título como anime del año?
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