Kaiju No. 8 está por finalizar, le restan dos arcos por adaptar en formato de anime, por lo que es un momento ideal para recordar por qué Kakfa es uno de los mejores protagonistas del shōnen oscuro. A continuación, tendremos algunos spoilers de la historia de kaijus.
Las criaturas tipo kaiju son muy importantes para la cultura japonesa, desde el ciclo de cine que posicionó al enorme monstruo reptiliano con una fuerza devastadora, imposible de contener, como una especie de símbolo de catástrofe nuclear que resuena especialmente con personas vinculadas a la tragedia de la explosión de las bombas en Hiroshima y Nagasaki.
El kaiju tiene un lazo especial con esta perspectiva de tragedia descomunal. Y Kakfa y compañía muestran una ideología del shōnen clásico, pero se añade la cuestión de la comunidad. La natalidad y la individualización son fenómenos complejos en el Japón contemporáneo, por lo que varios anime comienzan a desarrollar sus premisas respondiendo a estos caos inminentes, caso apunta, en cierto sentido, Kaiju No. 8.
Sanda está por llegar con un panorama apocalíptico con respecto a la natalidad y Kaiju No. 8 defiende la trinchera de la comunidad para la supervivencia de la sociedad. Kafka Hibino es un personaje interesante que, es poco sofisticado, quizá por ser muy humano, y por esto también, permite que la gente conecte fácilmente con él.
¿Por qué Kakfa Hibino es uno de los mejores protagonistas del shōnen oscuro?
Kaiju No. 8: ¿quién es Kafka Hibino?
Kakfa Hibino es un fracaso como persona, no sólo no posee una “buen” trabajo; si no que no logró cumplir sus propios sueños: defender el mundo como una capitán en las Fuerzas de Defensa y a lado de su mejor amiga: Mina Ashiro, quien sí consiguió cumplir el sueño que tenían en conjunto.
De esta manera, Kafka se reduce a algo marchito, sin embargo, intenta valorar el trabajo que realiza: ser limpiador y desatador de cuerpos de kaiju; pero no sólo por él, sino por los compañeros con los que comparte plaza. En determinado momento, un kaiju se fusiona con él y termina convirtiéndose en un monstruo acorazado y aparatoso (sí, un poco parecido a Gregorio Samsa).
Kakfa entonces posee la fuerza inestable y desagradable de un ser que se fusiona con él. Nuestro protagonista es consciente de que una fuerza así es necesaria en la División, pero también comprende que, al descubrirse, el pánico sería abrumador. Si bien, durante la historia no se hace pública su condición, los propios militares ponen resistencia a su propia existencia.
Pese a esto, Kakfa decide emplear su poder cuando su base se encuentra ante un ataque fatal. Al quedar al descubierto, dista de ser una especie de Spider-Man o de Super Man, particularmente porque él está contagiado de algo “sucio”, de algo malo, de la sangre enemiga que atenta contra la Tierra y que ha generado bastante dolor y desastre. No pueden confiar en él, con esto en mente, sin embargo, Hibino no duda en apoyar a sus compañeros, al transformarse y exponerse evita una matanza sin sentido en su unidad, pero debe pagar el precio de desvelar su identidad.
El carácter de Kakfa es sobre protector, pese a ser considerado un fracaso en la sociedad, y luego tras cargar con una especie de “maldición” que le dará problemas para relacionarse, el protagonista parece tener un camino muy oscuro por delante. No obstante, llega el punto en que debe mejorar por sí mismo, optimizar su cuerpo de humano y confiar en que los demás tendrán la misma convicción y de esta manera podrán sobrevivir en conjunto, ya que se enfrentan a una amenaza brutal.
Te recomendamos: Crítica: el final de Kaiju No. 8 ¿se suma a los desenlaces de flojera, ya clásicos de la Shōnen Jump?

Kakfa Hibino como símbolo de héroe
De esta manera, Kakfa no está solo por varios motivos. Se convierte en un héroe que se nutre de la fuerza de los demás. Así como los héroes en To Be Hero X se nutren de los likes y apoyo de sus fanáticos, aquí, los capitanes son una pieza importante y poderosa, pero todos reconocen que requieren a su equipo para zanjar el camino hacia la victoria. En este sentido, ningún compañero, por más fracaso que parezca, lo es. Cada uno cumple un rol en el mundo.
Añadido a esto, Kafka se esfuerza, como es clásico en los shōnen, pero a diferencia de Tanjiro en Demon Slayer, Hibino no posee ni tanta bondad ni con suficiente carisma, no es lindo físicamente y tampoco tiene el alcance de fuerza adecuado. Es cierto, el anhelo y el esfuerzo no lo son todo, el tipo de héroe que es Kafka, en este sentido es muy realista. De hecho, cada uno de los personajes sienten temor o desconfianza y piensan en ellos como proyección de su comunidad. Nunca poseen el suficiente valor, lo crean en conjunto.
Pese a ser un soldado raso, Kafka intenta no depender del poder extraño que recibió del kaiju. Busca consolidar su fuerza, aunque sea poco, y aprende de las personas que le ayudan, y que están lejos de querer convertirlo en héroe, bien lo comentó Hoshina, que simplemente buscan que sobreviva.
De esta manera el heroismo en el catastrófico mundo de kaiju nos permite establecer nuevamente la figura heroica, ya que, ante una catástrofe descomunal, es imposible que incluso la batalla se libre con una única persona, entonces, aparece Kafka con la ayuda del kaiju y el apoyo emocional y físico de sus amistades.

Kafka es bastante inseguro, no sólo por sus habilidades iniciales, sino que, se sabe indigno de confianza. Ya que, como compañero ocultó un secreto que parecería imperdonable, y ello también lo llena de temor, sin embargo, todos lo reconocen y él es capaz de continuar con sus esfuerzos.
Lo mejor de los shōnen contemporáneos es que ya no se deja caer el peso en el héroe elegido, tampoco en sus habilidades y mucho menos en su evolución como personaje. Sino que se permite que otros héroes sean células nucleares para la salvación del mundo. El modo sabio de Naruto y la última transformación de Goku palidecen ante la estructura narrativa inicial que proporcionan shōnen como Demon Slayer, Dan Da Dan y por supuesto Kaiju No. 8, que apuestan por un régimen múltiple de héroes necesarios.
Kakfa no es EL héroe, pero a la vez, lo es. No tiene principio, ni fin. (Sobre)vive y existirá gracias a una cadena de héroes comunales que pasan la batuta a través del amplísimo tiempo, de manera transparente, desde Isao Shinomiya hasta los samurais y el mismo Hoshina; de la misma manera, Kafka se disuelve entre los ecos de todos los héroes que no conocemos, pero que importan, ya que sin ellos no habría sido posible la supervivencia humana, en un plano más realista.
El borrado violento de Kakfa, pero su misma salvación que parte de la mano de héroes que lo precedieron, maqueta por completo una bella imagen del héroe que es y de los que se profesan en Kaiju No. 8. Sí, Hibino, un treintañero fracasado.
No te pierdas nuestro contenido de noticias y artículos especiales en Google News.


