Takopi no Genzai finalizó mostrándonos de manera evidente los marcos oscuros de nuestras propias vidas. El desenlace de la serie de fantasía seguramente te habrá dejado meditando ciertas cosas, ello sería una victoria para el anime japonés. La animación: una narración de luz en varios sentidos.
Por la mañana revisaba “Tan poca vida” de Hanya Yanagihara, cuya lectura vinculé de inmediato con el desenlace de Takopi no Genzai. Me parece que una de las aristas más fructíferas y realmente bellas que logra hacer florecer la serie es que: convivimos con esos infantes de pasados amargos, cada uno de nosotros posee un camino ahuecado lleno de pequeñas y grandes incomodidades, molestias, y dolores de distinta índole.
Conversar entre nosotros, incluso como adultos, ayuda a sanar y a enfrentar las dificultades. El acompañamiento, aún con palabras a medias, lleno de gestos a descifrar y espacios ocultos, nos permite respirar y seguir existiendo, pese a las complejidades que enfrentamos a diario, y con las que vivimos como legado de nuestras infancias que, cabe mencionar, podemos gestionar también como adultos.
Takopi no Genzai nos permitió conocer a tres niños: Shizuka, Marina y Naoki, cuyas infancias violentas y descuidadas nos dejan ver las faltas de cuidado con las que tuvieron que sobrevivir y que les crearon un futuro inhóspito. La serie que constó de seis capítulos terminó con un hermoso broche dorado y con un sacrificio inolvidable. ¡Detalles aquí!
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¿Cuál es el pecado original de Takopi?
Final explicado de Takopi no Genzai
Takopi no Genzai está lleno de símbolos, pero comencemos con lo más evidente. Takopi llegó dos veces a la Tierra: la primera vez conoció a Marina, y luego de ver su adolescencia con cicatrices amargas y un ambiente que la llevó a un ataque de ira tan incontrolable como incomprensible, es que, Takopi decide eliminar a la causa del dolor de Marina.
Takopi no sabe realmente qué es asesinar, cuando regresa a su hogar, luego de haber sido “contaminado” por Marina, sabe que tiene que evitar la conversación con su madre (ni él mismo comprende qué sucede y actúa en un arranque de ira y egocentrismo); y en consecuencia, también desobedece la regla de partir puro a un nuevo mundo. Se niega a cumplir la norma porque necesita sus recuerdos para cumplir su objetivo: asesinar a Shizuka.
Sin embargo, en el segundo viaje en el tiempo, en que aterriza en la Tierra, Takopi pierde la memoria y, paradójicamente llega como un ser puro, inocente y lleno de luz. Conoce a Shizuka y empatiza con su dolor, tras un momento de absoluta incomprensión y decide: hacerla feliz a como de lugar.
Luego de realizar múltiples viajes temporales para salvar a Shizuka de dolor irreparable, en esa misma línea temporal, se involucra con Naoki y se genera un nuevo ciclo lleno de violencia.
Eventualmente, logra comprender la crueldad irreparable del mundo, Takopi comprende su minúsculo, pero también enorme rol en él: estar para Shizuka era lo único que podría hacer desde el principio, luego de un ir y venir cansado y doloroso lo sabe. Y quizá también era lo que ella necesitaba: tiempo, atención, un abrazo, una escucha, un interés genuino por ella, un cuidado auténtico; tras esto, Takopi pasa días de desolación a su lado.
No suelta su mano ni un segundo, intenta mimarla y procurarla, comprenderla y abrazarla. Él tampoco sabe qué puede hacer, pero realiza lo que ha aprendido que sí puede: acompañar, permanecer, sin intentar ejercer la fuerza de su moral y fortaleza sobre los demás.
Nadie puede salvar a nadie más con decisiones propias, lo que se puede hacer es estar a lado de las personas que más amamos y ser sostén de apoyo a como se nos solicite, por más difícil que sea no ser capaz de deshacer su dolor y presenciarlo. Takopi hace lo que nadie habría hecho por una Shizuka, una niña ahora en retazos abandonados. Luego de ello, se sacrifica: usa su vida para regresar el tiempo, pese a que su cámara del tiempo está rota.
Además, como extra por su sacrificio, es capaz de mantenerse en comunicación con los niños: les da consejos para generar empatía y de alguna manera, ayudarles a tomar las decisiones que ya sabía, querían tomar. Lo sabía por haberlos conocido previamente.
A Naoki lo hace tener comunicación con su hermano, a diferencia de las niñas, él sí tenía con quién hablar, aunque, habían otras barreras para conseguirlo. Takopi le ayuda a deshacerlas; también impide que se acerque a Shizuka, muy al estilo “Efecto mariposa”. Él forja un vínculo de cuidado y comunicación con su querido hermano, quien siempre estuvo ahí.
Por otro lado, Takopi acompaña a Shizuka y le da energía para resistir un poco más los abusos de Marina, mientras que a ella, le hace aplacar sus episodios de ira y venganza. Ambas están solas en este mundo, por lo que pueden recorrer el mismo frío camino, tomadas de la mano, siendo apoyo mutuo y con una comprensión particular: siendo hijas de matrimonios fragmentados, atravesados por la violencia y con madres violentas tras esto.
Takopi se mantiene velando por cada uno de los niños que conoció; su único arrepentimiento fue, que al igual que Naoki, no logró conversar con alguien: con su madre, sabiendo ahora que, hablar con alguien puede cambiar el rumbo de todo.
El sacrificio de Takopi lo posiciona a su vez como un ente omnipresente y amable. Un guardián amoroso y realmente generoso. Se sacrificó por darles una nueva oportunidad a los niños, en esta ocasión, con más herramientas y apoyo para conseguir un poco de felicidad.
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¿Cuál fue el pecado de Takopi?
El pecado de Takopi fue llegar a la Tierra y perder la inocencia: adquirir el libre albeldrío, la conciencia. Takopi es un ser puro, tiene una misión y no sabe nada del mundo, todos los niños le dicen que es tonto, no comprende nada de este lugar cruel y de salidas limitadas.
Al final de Takopi no Genzai, él lo sabe: es capaz de reconocer cómo funciona el mundo: su crueldad, su violencia y el hartazgo del dolor y de la soledad, del vacío de existir sin hablar, el daño de ser criado en ausencias y con maltratos, por ello, es capaz de tomar una nueva decisión y tras ello, logra guiar a los niños por el camino que mejor les podría hacer sentir: en compañía de otros.
Takopi no Genzai, al igual que Eva en las Sagradas escrituras, come una manzana, y le da profundidad al hecho de divertirse con otros, ser feliz: no es un estado natural, menos aún constante ni sencillo, sin embargo, las dificultades para encontrar a alguien que te entienda y aprecie por lo que eres, vuelven más mágica la felicidad.
Además, Takopi ahora sabe que, los humanos no son sólo buenos, ni únicamente malos. Son seres más complejos llenos de emociones matizadas, por ello, los niños que conoció, merecen más oportunidades para ser buenos, amables y felices.
Takopi ve el mundo como es: tan horroroso y cruel como bello y cándido.
¿Cuál es la enseñanza de Takopi no Genzai?
Takopi no Genzai no se limita a proponer el cuidado de las infancias en general, sino que hace un llamado a comprender al otro; y a buscar comunicarte con el propio infante que hay en ti.
Takopi dice que ahora sabe que los niños se convertirán en adultos comprensivos. Comprender implica conversar, hacer uso de lo único que realmente nos hace distintas a otras razas del reino animal: hablar. Hay que aprender a comunicarnos con nosotros mismos y a comunicar a los demás aquello nos duele y lo que necesitamos.
Takopi no Genzai invita a acercarnos a nosotros mismos y a los demás por medio de un discurso claro, amable y honesto. A ello se añade el hecho de sentir compasión para con nosotros y para los demás, las infancias son las más vulnerables, al igual que Takopi, son inocentes, no comprenden cómo funciona el mundo alrededor de ellas, sin embargo, este tipo de huecos de entendimiento, podemos seguir teniéndolos como adultos; por esto, es importante tener alguien con quien hablar, incluso si sólo tienes a: un peluche naranja, de brillos desgastados, al fondo del armario.
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