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Sin Ufotable, ¿Demon Slayer sería un fracaso? 

¿Te has preguntado a qué se debe el éxito de Demon Slayer? Nosotros sí y aquí desarrollamos las claves que guiaron su popularidad.

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Demon Slayer es un hito contemporáneo, la historia de demonios en el periodo Edo proviene de la pluma de Koyoharu Gotouge, una mangaka que comenzó con escuetos trazos y ahora es creadora de uno de los mangas cuyas puestas en escena han resultado de lo más taquilleras en la última década de la historia del cine japonés, pero, ¿cuál es su secreto detrás?

Demon Slayer es un shōnen clásico en todo el sentido de la palabra, ello no es malo, pero, está medianamente desgastado. Aporta sí, no obstante, de entre las nuevas propuestas, ¿realmente contaría con una atención tan descomunal? ¿Cómo se compone un éxito traducido en números: de recaudación, vistas en el cine y posición en tops? ¿Es el estudio, el género o el protagonista? ¿Cómo Demon Slayer se sobrepone a las nuevas propuestas de shōnen? 

El shōnen clásico en la contemporaneidad

En Demon Slayer contamos con un protagonista cuya fortaleza esencial reside en vincularse con los demás (los buenos y los malos), también, proviene de un linaje oscurecido que, finalmente lo propondrá como el héroe elegido, sin embargo, su primera fuerza proviene de un esfuerzo constante que supera el compromiso de los demás, en otras palabras, no es héroe que siga un camino sencillo y divino, a él todo le cuesta. 

Tanjiro, el cazador más animoso e ingenuo, se une al cuerpo de cazadores de demonios luego de que su familia es completamente exterminada. De esta forma, avanza en todo sentido, conoce a los demás cazadores, enfrenta a otros demonios y descubre sus historias de vida, brinda un apoyo esencial para mejorar la visión del mundo de cada uno. Es compasivo y tenaz.

Luego, llega la batalla final contra Muzan, el demonio primigenio que desea caminar bajo la luz del sol y por ello necesita estudiar la “casual” condición de Nezuko, la hermana de Tanjiro, y la única sobreviviente tras el atentado contra su familia. 

Por su lado, esencialmente, Tanjiro busca regresarla a su condición de humana y en este camino genera vínculos entre los cazadores mientras investiga para ayudar a su hermana. Cada cazador posee una respiración especial que le permite enfrentarse al mal de manera fabulosa. Además, existen pilares, que son los cazadores más poderosos que han desarrollado o heredado las respiraciones. 

Sin embargo, ¿es eso suficiente para el éxito tan abrumador de Demon Slayer en los últimos años? 

¿Te has preguntado a qué se debe el éxito de Demon Slayer? Nosotros sí y aquí desarrollamos las claves que guiaron su popularidad.
Fuente: Ufotable

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Las 3 claves del éxito de Demon Slayer: el género, el protagonista y el estudio 

No, Demon Slayer no es un shōnen clásico de fantasía en el sentido más estricto del género, tenemos mucha oscuridad, frialdad y es bastante peso en los temas que trata. Sin embargo, a grandes rasgos, se ciñe a la estructura habitual. 

Tenemos a un protagonista clásico, que realmente cree en las bondades del mundo y consigue comprender a los demonios que han asesinado a cientos de personas; incluso en el último momento, les otorga una especie de salvación. También cuenta con el par de amigos (Zenitsu y Inosuke), el mentor ideal pero fallecido (Rengoku), y con un amigo inicial que le ayuda a ingresar al sistema y que, vivo, se mantiene incitando al crecimiento, mientras lo protege (Tomioka).

Incluso en Demon Slayer se desarrolla un desenlace ideal que no nos permitirá caer en la amargura eterna (gracias). Y bueno, existen múltiples historias que “igualan” en estos sentidos a Demon Slayer, me refiero a shōnen clásicos y modernos, bellísimos en cada sentido. 

Una de estas propuestas sería Ōsama Ranking que apuesta por renovar los arquetipos de los villanos, igual que Demon Slayer, Bocchi, el protagonista, posee un pasado doloroso y a un corazón igual de bondadoso e ingenuo que el de Tanjiro. No obstante, es cierto, no tiene la epicidad de las respiraciones y hermosas técnicas con katana. 

Por otro lado, tenemos a la flamante animación de Solo Leveling que, se aleja más de la propuesta de Demon Slayer, ya que entra más al shōnen oscuro y al isekai inverso, no obstante, su animación de acción es brillante y muy limpia, y aunque no es del estilo de Ufotable, no le envidia demasiadas cosas. 

Pese a ello, ni Bocchi ni Jinwoo han eclipsado al mundo como Tanjiro. 

Ahora, no considero que Demon Slayer sea una mala serie, pero el concepto desbordó a Japón, los filmes se colaron entre el top 10 de Hollywood en 2020, ahora, Castillo infinito ingresó rápidamente al top 10 del país del Sol naciente, y por todo esto, luego de romper varios récords, me pregunto, ¿qué sucede? ¿Cómo funciona? ¿En qué reside la cuestión de que es lo suficientemente bueno como para acaparar la atención y el dinero del mundo?   

¿Te has preguntado a qué se debe el éxito de Demon Slayer? Nosotros sí y aquí desarrollamos las claves que guiaron su popularidad.
Fuente: Ufotable

Ufotable, el toque maestro que no lo explica todo 

Decir que su estudio de animación es la llave del éxito no sería una idea muy concisa. Ufotable también estuvo a cargo de la saga de Fate, y nos brindó una belleza en sus diseños de personaje, manejo del movimiento en secuencias de acción y las emblemáticas peleas son realmente maravillosas, pese a ello, la trilogía de Heaven Feel no rompió los récord que sí logro abatir Demon Slayer. 

Por este motivo, pese a que Ufotable empujó de manera maravillosa a Demon Slayer hasta la cima, sería errado decir que su éxito reside sólo en eso. 

Tanjiro conecta tanto con chicos como con adultos, y aunque en momentos cruciales uno desearía que no fuera tan empático (especialmente tras la muerte de Rengoku), hay algo que lo (re)posiciona en los universos narrativos y lo destaca: es nuestro querido héroe que ha resistido la crueldad de la vida y encarna el sueño que tenemos cada día para mejorar como personas. 

Kamado es el consuelo, la esperanza y el valor para mantener un ideal engañoso, traidor y casi imposible en nuestros días. No obstante, algunos consideran que los mundos narrativos sirven para eso: soñar, imaginar, confiar. 

A esta construcción del éxito mediante el tropo y el protagonista, se le agrega la animación: Ufotable, el pilar que sostiene el más hermoso movimiento de las katanas y de los ojos encendidos de los pilares. Y, la bella voz de LiSA que seguro ayudó a popularizar la serie de Demons Slayer en sus inicios.

El éxito de Demon Slayer reside en las diferentes piezas perfectas que apoyan su adaptación animada. 

¿Demon Slayer está sobrevalorado? 

Realmente, cada quién juzga por qué ama algo, quizá una cosa muy “insípida”, puede darte paz y consumirás en bucle algo como Mrs. Villain Days Off, nadie puede dictaminar la conexión que creas con el contenido, sin embargo, es cierto que Demon Slayer ha dejado sin palabras al mundo. 

Su historia es buena en el sentido más clásico, al igual que la construcción de su universo y los personajes, junto a sus añadidos de acción, sin embargo, es cierto que es una propuesta que se vertebra esencialmente en una historia que se sostiene en el destino y en el corazón optimista de Tanjiro, quien lucha en un mundo de demonios —esta Tierra también incluida—; y aunque ello no sea un hecho menor, la realidad es que hay varias series que cuentan con estructuras similares, pero que han resultado menos efectivas: nadie ha conseguido lo que Kamado, en su núcleo clásico, sí. 

Demon Slayer no lanza un shōnen oscuro, un isekai inverso, ni un shōjo que explore las relaciones luego del dulce sí; no renueva, en medio del capitalismo que quiere más y más novedades, no reinventa, se mantiene clásico. 

Sin embargo, su aporte ha de ser que apuesta por lo más intenso e imposible en tiempos contemporáneos: la compasión, el perdón, la empatía, el cuidado a los demás; además de un héroe que se mantiene resuelto y animoso pese a la mayor adversidad.

En un momento en que las narrativas quieren destruir al pasado y emerger con nuevas propuestas, Demon Slayer se mantiene en los tonos embrionarios y nos recuerda el núcleo de lo que amamos: un shōnen que nos recuerda que lo básico es nuestra esencia. 

En ese sentido, Demon Slayer no propone, no apuesta por más que por mantenerse inmaculado, un acto rebelde, que no obstante, carece de defensas ante el paso del tiempo.

¿Demon Slayer se mantendrá icónico luego de dos décadas? ¿Qué implicaría que no?  

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