Los pilares son los cazadores más poderosos de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba. La gran historia busca que la organización acabe con Muzan, el demonio más poderoso, y con su séquito de lunas que se distinguen en dos tipos: las crecientes y las menguantes. Las superiores (o crecientes) son las más fuertes y las que suelen enfrentarse a los pilares. Cabe destacar que estas batallas tuvieron varios finales que queremos comentarte, si es que puedes soportar algunos spoilers muy dolorosos.
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba propone varias peleas muy interesantes, llenas de acción y emociones. Sin embargo, queremos mencionar que muchos de los hashiras caen en la última pelea, además también vamos a nombrar a quienes sobreviven, entre ellos tenemos que enmarcar a los que no caen: Giyu Tomioka, el pilar del agua y Sanemi Shinazugawa, el pilar del viento. Además de Tengen Usui, el pilar del sonido que se retiró desde hace tiempo.
Ahora sí, con esto de preámbulo mencionaremos cómo mueren los pilares de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba; y lo más importante, a quiénes derrotan.
Las victorias de los pilares de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba
Kyojuro Rengoku: el pilar de la flama casi destruye a Akazaka, la tercera luna creciente
La segunda temporada de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba enmarca el arco del Tren Infinito, en el que Rengoku junto a nuestro popular trío: Tanjiro, Inosuke y Zenitsu se enfrentan a un poder sin igual.
Hacia el final de la temporada (o de la entrega en formato de largometraje), el hashira más querido de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba perdería la vida, y estuvo a nada de acabar con Akazaka, pero no lo logró.
Con heridas mortales muere al pie del tren infinito, no sin antes despedirse de sus compañeros que lo admiran aún más. Sin embargo, esta fue una victoria para el pilar de la flama, debido a que la luna corrió cobardemente y hubieran bastado unos segundos para que desapareciera. Logró escabullirse, sí; pero la victoria justa es para Rengoku.;
Shinobu Kocho: el pilar del insecto derrota a Douma, la segunda luna creciente
En la recta final en la que los personajes de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba se enfrentan a Muzan y secuaces. En general, Shinobu utiliza como técnica especial el veneno, tiene diferentes desarrollos y se apoya de estos en sus grandes peleas.
Sin embargo, previo a su batalla, Douma investigará acerca de esto y generará resistencia ante ello.
Ante esto es que, Shinobu intentará darle mucho más veneno para asesinarlo, sin embargo, a Douma le dará tiempo de reponerse un instante en el que se la comerá.
Sin embargo, después de ello, Kanao e Inosuke lograrán terminar con Douma. Una batalla muy agridulce que no habría sido posible sin Shinobu.
Mitsuri Kanroji: el pilar del amor hace frente a Muzan
En la batalla final contra Muzan, el pilar del amor luchó junto a Obanai Iguro, el pilar de la serpiente. La chica perdió ambos brazos, pero aún tuvo tiempo para ver cómo asesinaban a Muzan, lo que parecería un final “feliz”. Además, ella es quien abre la brecha para darle uno de los golpes definitivos al demonio.
Incluso antes de morir, logra hablar a pecho abierto con Obanai Iguro. Ambos aclaran sus sentimientos y realizan una promesa de casarse en otra vida.
Muichiro Tokito: el pilar de la niebla hace frente a Kokushibo, la luna creciente uno
En los escenarios finales, Tokito hará equipo con Gyomei y los hermanos Shinazugawa: Genya y Sanemi Shinazugawa.
Tanto Genya como Tokito morirán por las heridas profundas que provocó Kokushibo que resulta ser un ancestro del clan de Muichiro.
También existirá un giro narrativo especial en esta batalla que causará muchos estragos interesantes en la relación de los hashiras de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba.
Sin embargo, Tokito será un eslabón importante en la caída de la primera luna creciente.
Obanai Iguro: el pilar de la serpiente al final revela su amor
El pilar de la serpiente de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba demostró su enorme potencial junto con el pilar del amor. Por un instante accedió al mundo transparente de Muzan, logró ver la profundidad de la oscuridad.
El pilar terminó ciego pero pese a ello, no dejó de atacar y continúo hasta abrir paso a la victoria de los Demon Slayer.
Él creó la brecha que le haría obtener la victoria descomunal a Tanjiro.
Antes de morir se declaró al pilar del amor y le prometió amarla en otra vida. Hacia el final de la historia se reveló el rostro del hashira.
Gyomei Himejima: el pilar de la roca da una segunda batalla a Muzan
Es el pilar reconocido como el más poderoso de esta generación de hashiras. Se enfrentó ante la primera luna creciente junto a Muichiro Tokito, Sanemi y Genya Shinazugawa.
Después de obtener la victoria, de inmediato se fue a parar delante de Muzan y asestó varios buenos golpes. Muzan destrozó su pierna izquierda y le provocó heridas mortales.
El pilar de la roca fue quien dio la apertura para que Tanjiro acabara con Muzan.
También podríamos decir que el pilar de la roca derrotó tanto a Muzan como a la primera luna creciente, no por nada es considerado el más poderoso de los hashiras.
Giyu Tomioka: el pilar del agua venga a Rengoku, el pilar de la flama al debilitar a la tercera luna creciente
Giyu Tomioka y Tanjiro se enfrentarán a la tercera luna creciente en el arco del Castillo infinito y tras una pelea intensa y algunos recuerdos borrosos, el demonio tendrá que tomar una decisión muy importante y literalmente para su supervivencia.
No obstante, Tomioka y Tanjiro tendrán un papel muy importante ante este evento en el que cae la tercera luna superior.
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba- ¿Qué pilares sobrevivieron?
Tengen Uzui, Giyu Tomioka y Sanemi Shinazugawa son los únicos hashiras que sobrevivieron en la gran batalla contra las lunas crecientes y Muzan Kibutsuji.
Tengen Uzui se salió del gremio desde su batalla con la tercera luna superior, a quien por supuesto, derrotó, mientras que Tomioka y Sanemi sobrevivieron propiamente a la gran pelea, tras derrotar a Muzan.
Las batallas de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba fueron trabajos colaborativos, así que cada uno de los pilares aportó a la caída de los milenarios demonios que consolidaron su poder a través del tiempo.
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es una obra de manga escrita e ilustrada por Koyoharu Gotoge, terminó en 2020, reunió 22 volúmenes que compilan 205 capítulos.
La serie dará buenas batallas y nos mostrará pasados muy tristes. Cada uno de los hashiras de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es especial por múltiples matices. Cada una de las muertes y sacrificios que hicieron son dolorosos y esperamos verlos muy pronto en animación.
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Hacia el final de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba
Sin embargo, debemos mencionar que el final de la obra de Koyoharu Gotoge tiene un giro narrativo fantástico que, si bien no a todos les gusta, es realmente armónico y va con la esencia de su protagonista.
El final de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba muestra la esencia y las bondades de la obra de la mangaka que legó una historia sensible llena de acción que, anclada a la grandiosa animación de Ufotable será un clásico por sus bellas aristas narrativas y por su diseño de personajes.
El final de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es armónico y sostiene toda la esencia que se propone desde el planteamiento de la obra.
Recuerda que todos los capítulos de anime están disponibles en la plataforma de Crunchyroll que también lanza cada domingo el nuevo capítulo.
La entrega actual únicamente contará con once episodios.
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