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Little Nightmares III: pesadillas cooperativas con estilo

Little Nightmares III conserva el terror y el encanto de la saga con su nuevo modo cooperativo, aunque le falta la pesadilla del original.

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Little NIghtmares III
Overall
85%
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  • Mecánicas de juego - 81%
    81%
  • Historia - 88%
    88%
  • Música - 83%
    83%
  • Gráficos - 88%
    88%

Summary

Little Nightmares III es una continuación digna de su nombre. Aporta un modo cooperativo que amplía la fórmula y mantiene viva la atmósfera única que hizo famosa a la saga. Sin embargo, en su búsqueda por ser más jugable y accesible, pierde parte del filo que convirtió al original en una obra maestra del terror moderno.

  • Genero: Plataformas
  • Plataforma: Nintendo Switch 2, Nintendo Switch, PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One, PC
  • Estreno: 10/10/2025
  • Publicador: Bandai Namco
  • Desarrollador: Supermassive Games

Little Nightmares III marca una nueva etapa para la serie de horror cinemático que comenzó en 2017 y que llamó la atención de propios y extraños. Esta vez, el estudio Supermassive Games, conocido por su experiencia en el terror narrativo (Until Dawn, The Quarry), toma el relevo de Tarsier Studios, y el resultado es un juego técnicamente sólido, visualmente inquietante, pero emocionalmente más contenido que su inolvidable primera entrega.

Con la promesa de ofrecer una experiencia cooperativa por primera vez, Little Nightmares III se atreve a reinventarse sin perder la esencia: un universo grotesco, opresivo y cargado de simbolismo infantil, donde cada rincón está diseñado para evocar la sensación de estar atrapado en un sueño del que no se puede despertar.

No es como los tradicionales juegos de horror que solo te buscan sacar brincos. Este juego te presiona y busca que sufras mucho en lo visual y sientas una empatía de inmediato por lo personajes. Es uno de esos títulos que odias por lo complicado que llega a ser, y por el entretenido reto que te presenta.

Esta es una de esas joyitas de 2025 que cumplen cabalmente con su tarea de entretenerte y sumergirte en un mundo que duele, pesa y del que de verdad quieres escapar. Tan feo como cuando la vida misma se pone intensa y no tienes para donde jalar.

Little Nightmare III es un horror que respira silencio y soledad

Como sus predecesores, Little Nightmares III es un plataformero cinemático de terror, donde el miedo no proviene de sustos repentinos, sino del ambiente, las texturas y los silencios. No hay HUD, indicadores ni pantallas de carga. Solo tú, tu compañero, y un mundo donde lo absurdo se siente peligrosamente lógico.

La historia se desarrolla sin palabras, en un universo que opera bajo la lógica de los sueños, donde las reglas cambian constantemente. Cada escenario parece una pesadilla sacada de la mente de un niño: apartamentos oscuros, escuelas desiertas, playas cubiertas de niebla o bibliotecas encantadas. Todo parece diseñado para que el jugador se sienta pequeño, vulnerable y desconcertado.

Little Nightmares III, mujer araña

Esa ambigüedad es uno de los mayores logros del juego. Little Nightmares III no explica lo que ocurre: lo sugiere, lo insinúa, lo deforma. El resultado es una narrativa ambiental donde el terror no está en lo que ves, sino en lo que imaginas.

Esta es parte de la gracia, por la que te quedas pegado al control hasta llegar lo más lejos posible. No es una experiencia sencilla, pero de menos es intuitiva. Vas a saber que hacer, pero tanta pesades a veces no te dejará pensar de la mejor manera.

Cooperativo: dos protagonistas, una misma pesadilla en Little Nightmare III

La gran novedad de esta entrega es la inclusión del modo cooperativo, ya sea con otro jugador o con una IA controlada por el juego. Los protagonistas son Low y Alone, dos niños atrapados en un universo distorsionado donde cada paso puede ser el último.

Ambos personajes tienen habilidades únicas que aportan variedad a la jugabilidad:

  • Low maneja un arco y flechas que le permiten activar mecanismos a distancia, cortar cuerdas o atacar puntos débiles.
  • Alone, por su parte, empuña una llave inglesa con la que puede destruir objetos, abrir compuertas o defenderse en momentos puntuales.
Little Nightmares III, protagonistas

Esta dualidad le da al juego un toque de estrategia. En las secuencias cooperativas, los jugadores deben coordinarse para resolver acertijos o escapar de monstruos, lo que añade tensión: un error puede significar el reinicio de toda la secuencia.

Si juegas solo, la IA compañera sorprende gratamente. Es proactiva, reacciona bien ante los peligros y en ocasiones resuelve acertijos antes que tú, sin romper la inmersión.

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Un mundo de ecos, sombras y respiraciones

A nivel técnico, Little Nightmares III es un espectáculo discreto pero eficaz. Su diseño sonoro es magistral, con capas de audio que envuelven al jugador: pasos, crujidos, susurros, respiraciones y ecos que parecen provenir de algo —o alguien— que nunca se deja ver del todo.

El juego utiliza menos música que sus predecesores, lo que refuerza la sensación de aislamiento. Solo en momentos de persecución o tensión extrema surge una melodía que acelera el pulso. Es un enfoque minimalista que funciona, aunque se echa en falta el uso de temas tipo “canción de cuna distorsionada” que definían el tono de las primeras entregas.

Little Nightmares III, enemigo aplastado

Visualmente, el juego conserva la estética “diorama macabro” de la saga: escenarios tridimensionales con profundidad y detalle, diseñados como si fueran maquetas vivas. La cámara se mueve con fluidez, alternando perspectivas laterales, frontales y cenitales, lo que contribuye a la sensación de desorientación.

Hay que aplaudir el apartado del audio, especialmente en su edición. Sin la necesidad de ofrecer un soundtrack notable, cada detalle que escuchas – especialmente cuando usas audífonos – se nota de un modo sobresaliente. Por eso quedas atrapado en el juego.

Plataformas, perspectiva y precisión

El control de Little Nightmares III se mantiene fiel a la fórmula de la serie: movimientos lentos, saltos medidos y una constante vulnerabilidad. Como siempre, el entorno es parte del desafío. La tridimensionalidad del escenario (con desplazamiento en los ejes X, Y y Z) genera momentos de confusión visual, sobre todo al calcular saltos o al cruzar tablones estrechos.

Aunque Little Nightmares III mejora la precisión respecto al original, la percepción de profundidad sigue siendo un problema ocasional. Algunos saltos fallan más por culpa del ángulo de cámara que por error del jugador.

Little Nightmares III, Titeres

Donde el juego exige más es en sus escenas de persecución. En ellas, la precisión es clave: correr, saltar, esquivar y activar mecanismos en milésimas de segundo. En modo cooperativo, esta exigencia se duplica: si tu compañero falla, ambos pierden.

Los puntos de control son generosos, pero las repeticiones pueden romper el ritmo y causar frustración.

Monstruos menos memorables, pero igual de perturbadores

El cambio de estudio también se refleja en el diseño de los enemigos. Los villanos de Little Nightmares III no alcanzan el nivel icónico del Janitor o los Chefs del primer juego, cuyas apariciones eran puro terror grotesco.

Aquí predominan marionetas, muñecos y maniquíes, con una estética más plástica y menos orgánica. Siguen siendo inquietantes, pero no tan repulsivos ni impactantes. El juego parece optar por un tono menos visceral, más accesible para nuevos jugadores, lo que ha llevado a algunos fans a considerarlo “demasiado limpio”.

Little Nightmares III, Montaña Rusa

Aun así, hay momentos escalofriantes: una persecución en un carnaval oscuro, por ejemplo, o un enfrentamiento en el que debes usar el arco y la llave inglesa para eliminar títeres vivientes. Son escenas intensas, aunque menos perturbadoras que en entregas anteriores.

Vamos, cuando un estudio nuevo decide tomarse su creatividad muy en serio, es normal que veamos un cambio en uno de los apartados más fuertes, que en este caso son los enemigos de cada nivel. Supermassive hizo su esfuerzo y quiso imponer su idea, la cual inevitablemente la comparamos con entregas previas.

Cooperación bajo presión

En lo jugable, el cooperativo de Little Nightmares III añade tensión emocional. Resolver acertijos o escapar de un monstruo mientras dependes de la reacción de tu compañero genera un tipo distinto de miedo, más ligado a la incertidumbre que al terror directo.

La dinámica recuerda a juegos como It Takes Two, pero con un tono opresivo y una dirección artística mucho más sombría. El diseño de puzzles favorece la colaboración constante: abrir una compuerta mientras otro distrae a un enemigo, empujar objetos pesados entre dos, o accionar mecanismos sincronizados.

Little Nightmares III, circo

Aunque algunos puristas podrían pensar que el modo cooperativo reduce el horror, en realidad aumenta la tensión emocional, porque añade una capa de responsabilidad compartida.

También hay que recordar que este modo, cuando es bien ejecutado, es muy entretenido. No afecta a la narrativa, incluso la aumenta y te hace sentir parte de la experiencia de un modo muy especial. Además, los personajes no necesitan hablarse para que sientas el verdadero terror.

Supermassive Games entregó en Little Nightmares III un mundo un poco menos grotesco, pero sí muy inquietante

El traspaso de la franquicia de Tarsier Studios a Supermassive Games ha sido, en general, exitoso. El nuevo estudio mantiene la atmósfera, el ritmo y la dirección artística, pero evita innovaciones que podrían haber revitalizado la saga.

El resultado es un título continuista, que cumple con creces, pero rara vez sorprende. Es como si Supermassive prefiriera rendir homenaje a lo anterior en lugar de redefinirlo. Aun así, su dominio del lenguaje visual y del ritmo narrativo asegura que Little Nightmares III sea un viaje perturbador y estéticamente impecable.

Little Nightmares III, lugares estrechos

El principal reproche hacia Little Nightmares III es que ha perdido parte del “horror corporal” que caracterizó al original. El primer juego jugaba con lo grotesco: carne, máscaras, deformidades. Este tercer capítulo se siente más pulcro, más plástico.

No es necesariamente algo negativo —hay un claro esfuerzo por hacerlo más accesible sin sacrificar su tono—, pero los veteranos notarán que el juego evita los extremos que alguna vez lo definieron. En otras palabras, Little Nightmares III sigue siendo una gran pesadilla… solo que un poco más ordenada.

¿Deberías comprar Little Nightmares III?

Little Nightmares III es una continuación digna de su nombre. Aporta un modo cooperativo que amplía la fórmula y mantiene viva la atmósfera única que hizo famosa a la saga. Sin embargo, en su búsqueda por ser más jugable y accesible, pierde parte del filo que convirtió al original en una obra maestra del terror moderno.

Supermassive Games cumple, pero no deslumbra. Entrega un juego visualmente espectacular, mecánicamente sólido y emocionalmente consistente, aunque le falta ese toque de locura que hacía sentir que cada rincón del mundo estaba vivo… y quería devorarte.

Little Nightmares III, mundos oscuros

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Jugamos Little Nightmares III en PS5 con un código proporcionado por un representante de Bandai Namco en nuestra región.