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Dar vida nuevamente a un clásico del anime no es tarea fácil

Septiembre de 2007. Casi 12 años después de que la televisión japonesa estrenara Neon Genesis Evangelion, el máximo éxito tanto del estudio Gainax como de Hideaki Anno, un aprendiz de Hayao Miyazaki que logró, con esta obra, un éxito mundial sin precedentes.

Sin embargo, este trabajo se quedó con muchos pendientes. Nadie había esperado que Evangelion terminara como el hit en que logró convertirse. Los episodios 25 y 26 de la serie fueron un ensayo filosófico. No sólo por las intenciones de su autor por expresar ideas particulares acerca de la naturaleza humana, sino porque el presupuesto del estudio se terminó.

Las películas que lanzaron después y que funcionaron como un ‘verdadero final’, aunque exitosas, seguían sintiéndose medianamente desconectadas respecto a la serie en sí misma.

Evangelion, además, estaba siendo víctima del tiempo. La trama no envejeció mal. De hecho sigue siendo una obra disfrutable y de culto para nuevos adeptos. Lo que sucedió fue simple: el presente alcanzó al futuro y la ciencia ficción se convirtió en historia alternativa.

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La necesidad de renovar Evangelion

Estrenada en octubre de 1995, la historia partía de la premisa de que un cataclismo (el Segundo Impacto) devastaría a la humanidad al final del siglo XX. En 2007, era claro que esto no había sucedido. Muchos de los preceptos y tecnologías, fuera de los mechas, lucían como parte del pasado. Era necesaria una renovación para alargar la vigencia del producto.

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Otra cuestión que obligó a renovar esta franquicia fue la creación del Studio Khara por parte de Hideaki Anno. Si bien la casa animadora ha trabajado en obras como The Dragon Dentist y videojuegos como Gravity Rush o Fire Emblem Echoes, Evangelion es la máxima creación de Anno.

Es por ello que los derechos de la misma son compartidos actualmente por Gainax y Khara, aunque esta última ha iniciado conflictos legales por el pago de regalías. La independencia, por tanto, obligaba a Anno a establecer un producto alrededor de Evangelion.

En éste no sólo iba a permitirse plasmar la visión absoluta de la historia que no pudo generar en su momento, sino que además adaptaría la trama a un nuevo futuro. Además, todas las ganancias por merchandising iban a parar mayoritariamente a sus bolsillos.

Una visión sin límites

¿Qué habría pasado si Gainax hubiera visualizado en Evangelion un éxito absoluto? ¿Habría presupuestado mayores recursos para su producción? Con el éxito de la serie y las películas en su estado original, se habla poco al respecto fuera de ciertos círculos. Anno, sin embargo, estuvo al pendiente de esta situación.

Antes de iniciar la producción de Evangelion 1.0, el primer filme del Rebuild, el creador revisitó toda la serie de inicio a fin. También se sabe que miró la películas. De acuerdo con la prensa japonesa, notó que los episodios lucían desconectados entre sí. Ni qué decir del paso del producto televisado a los filmes. Esto ocasionó, en su opinión, inconformidad, desarraigo y confusión entre los espectadores.

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Anno, además, quería entregar la trama tal y como la concibió en un principio. Sin que el presupuesto o las limitaciones técnicas sirvieran como una barrera para concretar una historia que, ya con las restricciones del pasado, transformó la visión del anime y su industria.

Naturalmente, se llevó a su nuevo equipo a buena parte de los responsables del hit; por ejemplo, el diseñador de personajes, Yoshiyuki Sadamoto.

Evangelion 1.0: You Are (Not) Alone se estrenó en tiempo y forma. En 2007, con una campaña publicitaria sin precedentes en Japón, recaudó más de 16 millones de dólares en la taquilla nipona. Un récord para la franquicia.

Eventualmente, mercancía diseñada alrededor de los filmes, y no de la serie, comenzó a comercializarse. El futuro lucía prometedor, aunque comenzó a notarse el resultado de un particular detalle.

Una visión titánica y un retraso continuo

Si tienes planes ambiciosos, es común que se compliquen en el camino. Más cuando estás buscando concretarlos de forma independiente. Además, si este proyecto consiste en crear de nuevo un mundo, es natural que ideas nuevas se implementen sobre la marcha.

Junta todos estos factores y comenzarás a notar una de las principales problemáticas del Rebuild of Evangelion: los retrasos. Cuatro películas animadas en un plazo de 13 años y medio no parece mucho. Sin embargo, se tenía planteado al principio tener una trilogía que, como máximo, el punto de espera entre los filmes fuera de dos años.

Evangelion 2.0: You Can (Not) Advance pasó de tener una fecha de estreno de enero de 2008, a lanzarse en junio de 2009.

Este trabajo adicional no sólo permitió la llegada de un personaje nuevo como Mari Makinami, muy querida por los fans actuales. También permitió que la trama no fuera simplemente el contar otra vez y con mayores recursos los hechos de la primera serie (como el inicio de Dragon Ball Super retomando las películas previas).

Una historia casi completamente nueva, con giros dramáticos poco esperados, estableció no sólo la expectativa entre los fans de antaño. También alcanzó a una nueva generación.

Tres años de trabajo sirvieron para la llegada de Evangelion 3.0: You Can (Not) Redo. La trama no sólo le otorgó a Asuka, una favorita del fandom, una psicología de personaje renovada. También dejó que se explorara más a fondo la personalidad de Kaworu. Incluso personajes nuevos se unieron al elenco, aumentando las posibilidades.

Es natural, por tanto, que el final buscara no dejar nada en el tintero y concluir a lo grande el proyecto de toda una vida, no sólo es la reconstrucción de Evangelion. La película 3.0+1.0: Thrice Upon A Time llegó cinco años más tarde de lo debido. Pero hubo buenas razones.

Team Godzilla… ¿O Evangelion?

Hideaki Anno es un creativo que ha buscado dejar huella más allá de la animación. Trabajos como Love and Pop, con sus planos de cámara extraños, fueron una muestra de que los detalles experimentales que plasmaba en sus trabajos de anime, terminaban en las cintas live action.

De hecho podemos ver en Love and Pop algunos matices que implementaría en Kare Kano (al punto de que la experimentación causó conflictos entre Anno y Masami Tsuda, la autora del manga).

Cuando tienes la oportunidad, como cineasta nipón, de que tu cuarta obra en live action sea un reboot de Gojira, ¿cómo dejar pasar la oportunidad? Shin Gojira, estrenada en 2016, fue una razón para dejar en pausa los trabajos de producción para la cuarta cinta del Rebuild.

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Incluso en los espacios entre este filme kaiju y su secuela, se informó que las labores para realizar Evangelion 3.0+1.0 se estaban llevando a cabo con cautela. Sí, la dirección de Shin Godzilla por parte de Anno impulsó que esta franquicia y Evangelion tuvieran colaboraciones, las cuales fueron muy exitosas en cuanto a merchandising.

Pero claramente mostraron dónde estaban las prioridades del creativo: por un lado era establecerse como un cineasta importante en la historia de Godzilla y, por el otro, construir un cierre sin errores para una saga de películas crucial tanto para su carrera como para la industria del anime.

El cierre de la franquicia se erigió como uno de los más importantes éxitos ante la crítica nipona. Si bien se le achaca el no tener la misma profundidad y riesgo que The End of Evangelion, la cinta estrenada el pasado 8 de marzo ha servido para darle un fin justo y bien desarrollado, en cuanto a caracterización, a esta saga.

Evangelion es una serie muy importante para el fandom latino del anime. No extrañaría, por tanto, que los servicios de streaming o el circuito de festivales puedan impulsar su estreno legal en la región próximamente.

Por ahora, queda claro que su importancia histórica en la industria es indiscutible, tanto para quienes conocieron el Tercer Impacto a finales del milenio anterior, como para aquellos que lo descubrieron junto a Mari Makinami.