Investigador señala que tanto tiempo frente a una pantalla es dañino para el cerebro de los más pequeños
Los llamados ‘nativos digitales’ son aquellos que nacieron ya con las nuevas tecnologías a su disposición, y suelen clasificarse como el grupo demográfico de gen z o centenialls, usualmente etiquetados así quienes nacieron entre 1996 y 2015.
A diferencia de los ‘millenials‘ esta nueva generación no experimentó los acelerados avances tecnológicos que se dieron a inicios de los 90s, por ejemplo. Y muchos de la gen z crecieron con dispositivos electrónicos en mano desde que eran pequeños.
Sobre ello, hay diversos estudios que analizan el impacto de tan temprana exposición al entorno digital, ya sean programas de televisión o videojuegos, por mencionar algunos.
Al respecto te hemos contado cómo hay estudios que señalan los beneficios del gaming, no obstante, en este caso la evidencia es negativa.
El daño que hacen la televisión y los videojuegos según investigaciones
Se trata de la investigación del neurocientífico Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud de Francia.
Además, posee experiencia en trabajos previos hechos en en reconocidos espacios científicos como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad de California.
En entrevista con BBC Mundo, el experto comentó que ‘lo que le estamos haciendo a nuestros hijos es poner en peligro su futuro y su desarrollo’.
Ya que asegura que los los dispositivos digitales están afectando gravemente, y para mal, al desarrollo neuronal de niños y jóvenes.
Ante la pregunta ¿La Gen Z es la primera generación de la historia con un coeficiente intelectual (IQ) más bajo que la anterior?, el investigador respondió que sí.
Los nativos digitales son ‘menos listos’ que sus padres
Para saber esto se aplica la misma prueba a todos los grupos de edad: abuelos, padres, hijos, y esto hace notorio el aumento de coeficiente intelectual de generación en generación, llamado el ‘efecto Flynn’.
Pero recientemente esa tendencia se invirtió en algunos países. Dejando fuera variables que también pueden afectar la cognición como el sistema de salud, la escolaridad y la nutrición, este estudio se enfoca en países donde los factores socioeconómicos se han mantenido estables.
Dicho lo anterior, incluso en países como Noruega, Dinamarca, Finlandia y los Países Bajos, los ‘nativos digitales’ o ‘Gen Z’ son los primeros niños que tienen un coeficiente intelectual más bajo que sus padres.
En palabras de Desmurget:
Por desgracia, aún no es posible determinar el papel específico de cada factor, incluida por ejemplo la contaminación (especialmente la exposición temprana a pesticidas) o la exposición a las pantallas.
Lo que sabemos con seguridad es que incluso si el tiempo que un niño pasa frente a una pantalla no es el único culpable, tiene un efecto importante en el coeficiente intelectual.
Varios estudios han demostrado que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual y el desarrollo cognitivo disminuyen.
¿Pero por qué afectarían su inteligencia?
Al parecer esto sí está identificado con claridad:
Hay una disminución en la calidad y cantidad de interacciones intrafamiliares, que son fundamentales para el desarrollo del lenguaje y el desarrollo emocional.
Disminución del tiempo dedicado a otras actividades más enriquecedoras (tareas, música, arte, lectura, etc.); interrupción del sueño, que se acorta cuantitativamente y se degrada cualitativamente.
Sobreestimulación de la atención, lo que provoca trastornos de concentración, aprendizaje e impulsividad; subestimulación intelectual, que impide que el cerebro despliegue todo su potencial.
Y un estilo de vida sedentario excesivo que, además del desarrollo corporal, influye en la maduración cerebral.
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Finalmente, también se ha observado que el tiempo que se pasa ante una pantalla por motivos recreativos retrasa la maduración anatómica y funcional del cerebro dentro de diversas redes cognitivas relacionadas con el lenguaje y la atención.
Así que quizá el problema no sean específicamente las pantallas, sino el tiempo que los niños pasan frente a ellas. Una responsabilidad adjudicada más bien a los padres y no a los más pequeños.
Si quieres leer la entrevista completa a Michel Desmurget puedes acceder a través de este enlace.