Los desarrolladores visitaron destinos, hicieron investigación y crearon un mundo cuya inspiración latinoamericana no se ve nada lejos de la realidad
Después de una lamentable filtración que arruinó la sorpresa, durante Ubisoft Forward conocimos en forma de lo que tratará Far Cry 6. La presentación del título mostró un contexto muy claro, Giancarlo Esposito (Breaking Bad, The Mandalorian) es el malvado dictador en un lugar de Latinoamérica.
Ahora, la locación es lo que más nos llama la atención. Por lo general, Ubisoft suele basar sus juegos en sitios reales, eso sí, proporcionando ajustes para crear una narrativa y el caso de Far Cry 6 es muy especial porque es Cuba el lugar que deberemos de liberar.
La creación de Far Cry 6 inició cuando Far Cry 5 todavía estaba en su última etapa de desarrollo. Su director, Navid Khavari, explicó que el equipo creó un juego centrado en la guerra entre guerrillas y eligieron a Cuba como la nación ficticia.
Por otro lado, esta será la primera vez que esta serie tendrá áreas urbanas, siendo la más grande de todas, la ciudad de Esperanza, el objetivo de la rebelión. Con esto, podríamos enfrentarnos al Far Cry con mayor verticalidad.
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Far Cry 6: El escenario está parado en el tiempo
Basta revisar unos libros de historia para entender que Cuba es un país bloqueado en toda la extensión de la palabra. Por eso es por lo que los edificios se sienten viejos, los autos tienen más de 40 años y la situación, en varias partes, es precaria. Esto fue trasladado a Far Cry 6 de un modo muy interesante y eso no lo debemos perder de vista.
El protagonista del juego es Dani Rojas y se supone que tendrá más actuaciones de voz y mucha mayor profundidad. A final de cuentas, el objetivo será derribar a Anton (Giancarlo Esposito), quien dirige a la isla con puño de hierro.
Un detalle que no debemos perder de vista es que Far Cry 6 tiene como escenario el mundo moderno, así que no puede ser precuela de Far Cry 3 y el hijo de Anton no puede ser Vass. Es un hecho que estos desarrolladores pueden hacernos imaginar mil cosas con tan solo una cicatriz en el rostro.
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