Para que vean que no todos los monjes de Asia tiene que saber Kung-Fu
En uno de esos momentos para marcarlos en los anales de la historia de los videojuegos, un grupo de jóvenes monjes ganaron un torneo de esports en la universidad Khon Kaen en el campus Nong Khai dentro de Tailandia.
“Lo novatos querían intentar entrar a la competencia, así que les dimos la oportunidad, sin embargo, no esperamos que fueran a ganar”, dijo Kokkiad Chaisamchareonlap, el coordinador académico de la escuela y monje mayor.
Ahora, estos chicos con la cabeza rapada no solo estudian veinte horas a la semana para volverse monjes, también llevan una educación normal pues tienen estudios de computación, por tan solo mencionar un ejemplo.
Asimismo, la clase antes mencionada fue la que sirvió para que ellos conocieran sobre los esports y afinaran sus habilidades en el juego móvil Speed Drifters cuando tenían tiempo de esparcimiento.
Monjes criticados por traer su ropa a la hora de jugar, al igual, que médicos usando batas para comprar un café
Si bien la historia de estos monjes suena a superación y a creer en tus sueños, no faltó quien saliera a expresar su descontento pues “cómo van a andar con sus túnicas” por todos lados… Incluso, para jugar en un torneo de Speed Drifters.
Los monjes que participaron en el torneo vienen de familias pobres o disfuncionales que les impedía poder jugar, incluso desde un celular. Un dato interesante sobre esta historia es que no fue la única escuela religiosa en participar.
Esta, sin lugar a duda, es una de esas historias donde te das cuenta que cualquier persona, sin importar la religión o cultura, puede jugar sin deberla ni temerla, entretenerse y hasta competir en un torneo.