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La nueva película de Chucky deja mucho que desear en cuanto a horror

El estreno de Chucky, El Muñeco Diabólico, ya está en las pantallas grandes del mundo y los fans tienen muchas preguntas. Sobre todo, si podrá superar o siquiera igualar a la cinta clásica.

Si nos remontamos al pasado, recordarás que en 1988 se estrenó una de las películas que se convertirían en un clásico de terror y una clara referencia a los estándares de calidad.

A pesar de la época, Tom Holland, director de la cinta original, logró marcar el genero Slasher junto con otras cintas llevándolo a una época de oro con joyas como esta.

¿Tantas diferencias?

Ahora, un reboot se acaba de estrenar y ya puedes ir a verla a tu cine más cercano. Por lo mismo, es importante que abarquemos algunos puntos que si viste la primera, te parecerán un poco absurdas de esta nueva adaptación.

En la primera cinta, recordarás que el alma de un brutal asesino habitaba el cuerpo de uno de los muñecos Chucky, mismos que estaban en la gloria por lo exitosos que eran en ventas. De aquí parte todo el horror que Karen y su hijo sufren gracias al espíritu de este maligno ser.

Bueno, pues la trama es una de las cosas que más cambia en la nueva adaptación de Lars Klevberg. Esta vez, más que un evento paranormal, estará involucrada casi en su totalidad la tecnología y época millennial.

Claro, el argumento de que la tecnología eventualmente nos va a superar ha sido algo muy recurrente y que nos alarma un poco por el futuro. El problema, es que se ha abusado tanto de este elemento que se siente como un argumento genérico, más tratándose de una película de terror como Chucky.

Calidad bastante meh

En cuanto a la calidad en la producción, hay algunos puntos qué tocar. Empecemos por Mark Hamill, quien dio voz a El Muñeco Diabólico en esta nueva película. El aclamado actor hace un trabajo impecable, este es, al menos en lo personal, el mejor elemento de toda la entrega.

Sí, la experiencia de Hamill como el Joker anteriormente le dio el cayo necesario para hacer a un personaje agresivo, desquiciado y que te genera estrés. Lo malo, es que el resto de la cinta opaca el gran trabajo del actor.

Mientras, todo lo demás se nota absurdo y fuera de lugar. Los niños también actúan de forma bastante decente, pero la cinta en general, pareciera que fue hecha con muy poco presupuesto.

También se agregó un estilo de empoderamiento a los niños que siente algo forzado. Cintas como el rebooth de IT han hecho esto, pero en el caso de Chucky se siente falso, forzado, como si estuviera viendo una comedia de terror.

¿Comedia o terror?

De hecho, muchas veces pasó que el cine completo se reía más de lo que se asustaba, porque algunas escenas son realmente absurdas. El Muñeco Diabólico es una película que si quieres pasar un rato esta bien, pero si eres fan del terror te parecerá realmente mala, olvida encontrar miedo en esta cinta.

Para terminar, no puedo despedirme sin antes hablar del horrible diseño del muñeco. Esto fue de lo peor de toda la cinta, me dio la impresión de que lo sacaron de una subasta malbaratada y le mejoraron algunos detalles.

El plástico de su rostro se ve demasiado falso cuando hace expresiones, desfigurándolo por completo pero ni siquiera para dar miedo.

En conclusión, Chucky: El Muñeco Diabólico es una película palomera para quien quiere disfrutar de un rato con su pareja o amigos.

Por otro lado, si eres seguidor del género y peor aún de la entrega original, lo único que realmente vas a disfrutar es la excelente personalidad que Hamill construyó entorno al personaje de Chucky.

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Ya puedes ir a ver El Muñeco Diabólico a tu sala de cine favorita y cuéntanos en los comentarios qué te pareció la nueva adaptación de Chucky.