Hay más detrás de las cartas de Yu-Gi-Oh! de lo que aparentan
Actualmente, Yu-Gi-Oh! quizá no sea para ti “algo” como lo fue en la temprana época de los dos miles, y no te culpamos, pues algunas malas decisiones de Konami hundieron poco a poco a la franquicia.
Lo anterior no necesariamente quiere decir que ya no se juegue o que de plano no exista, simplemente, descuidaron a su base de potenciales jugadores y últimamente, sólo se centran en sacar cartas OP para dos semanas después, prohibirlas en sus torneos.
No es broma, de hecho, la comunidad de YuGi de repente se pone muy intensa con esos temas, pero esa es otra historia.
En esta ocasión, quisiera que hablemos un poco de cuando el juego era relativamente más sencillo, y no tenías que echar volados, tirar dados, sacrificar dos gallinas a la luz de la Luna para invocar a la décimo novena versión del mago oscuro o similares.
Una de las cosas que siempre han resaltado en las cartas de Yu-Gi-Oh!, es el arte que manejan las mismas. Las ilustraciones evolucionaron poco a poco y muchos incluso hicimos decks basados en un elemento y/o tipo de carta sólo por ello.
Lo que no todos saben (y lo más probable es que los jugadores más clavados sí), es que hay historias que sólo se pueden contar gracias a las cartas, y a pesar de que hay varias de ellas, esta especialmente nos toca el corazón.
BASADO EN HECHOS REALES
Es común que algunas de las películas, series o libros estén basados en acontecimientos de la vida real, y las cartas de Konami no son la excepción a la regla.
Todo comienza con una carta de magia llamada “Where Arf Thou?”, donde podemos ver a un niño que está buscando a un perro en particular. Un perro con características bastante pronunciadas: es marrón (¿Qué color es ese?), es excepcional, tiene una plaquita amarilla/naranja, es pequeño y se ve peluchón.
Lo anterior carecería de completo sentido si no fuera porque ese perro sí existe.
Outstanding Dog Marron (o “Perro Marrón Excepcional”) es una carta de efecto, que si ponemos un poco de atención, busca emular la fidelidad de un perro que vuelve por su amo. Guarda el dato, porque el efecto de la carta será importante más adelante.
Aquí es donde se comienza a poner bueno. Con un poco de ayuda visual y otras cartas más que incluyen a este perro, nos podemos dar cuenta de que tuvo un trágico final: murió esperando a su amo que jamás regresó por él.
Aunque Konami no es muy claro respecto a estas historias, podemos entender gracias a la carta Skull Dog Marron que el perro murió esperando/buscando por su amo, y que a pesar de estar muerto, sigue esperando por su regreso.
Es triste, por supuesto, pero si creías que esto era el final, no podías estar más equivocado. Las aventuras de este pequeño perro no terminan, y aunque no lo creas, tiene un final bastante feliz si me lo preguntan.
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Como nos referimos a un mundo de fantasía donde los muertos caminan y Yu-Gi hace trampa cada que quiere en la serie, el perro sigue “vivo” y coleando en otras cartas del juego.
La teoría popular apunta a que ahora tiene una vida más feliz, ya que fue adoptado por otros personajes que forman parte del deck de los Skull Servants.
El primer indicio de este final bonito y que te dejará hasta las lágrimas lo podemos ver con las cartas Wightprincess y Wightprince, donde podemos ver a un canino huesudo al lado de estos personajes, con la particularidad de que mantiene el collar que caracteriza a la carta origen, Outstanding Dog Marron.
Y lo mejor de todo, parece que se divierte, o al menos, nos podemos dar una idea de eso gracias a Monster Rebone.
Y eso no fue todo, porque todo rico que se respete y haya armado su deck de Skull Servants, sabe que incluso el perro se fue de vacaciones, aunque casi se lo quedan en cuarentena.
Y es aquí donde concluye una de las líneas principales de la historia del perro. ¿Quién diría que la muerte sería su final feliz?
Las otras versiones de la historia
Por supuesto, no son todas las cartas que se relacionan al lore central de este perro. Básicamente, la línea que describimos anteriormente es una donde todo termina bien, sin embargo, hay una parte de la historia que no está tan cool y que concluye con una o dos cartas más.
En la primera, este perro es consumido por el poder de la oscuridad, y se transforma en una bestia incontrolable cuyo único propósito es atacar y, probablemente, ser carne de cañón para los jugadores.
Mad Dog of Darkness, a pesar de que ya no se parece absolutamente en nada al perrito tierno y adorable que vemos en la historia, puede ser identificado gracias al peculiar collar que lleva en el cuello.
Nunca se detalla por qué le ocurrió eso, sin embargo, algunos usuarios de Reddit afirman que es una especie de guiño a los jugadores que arman decks basados en oscuridad y lo tienen en su mazo.
En la otra línea, podemos ver una versión robótica de este perro, y nuevamente, deducimos que es otro de sus posibles futuros porque mantiene la misma placa que el perrito original.
La importancia de los detalles
Seguramente hay algo muy familiar que encuentras en la historia de este perro, y si no lo haces, seguramente andas súper perdido.
La historia de esta carta y su posible primer arco (ya sabes, lo de que se queda esperando a su amo), están inspirados en la historia de Hachiko, el doggo Akita que se quedó esperando años a su amo en la estación de trenes de Shibuya en Japón.
Es una historia bastante popular y llegadora que nos da una idea de hasta dónde pueden llegar la fidelidad y los sentimientos de un perro por su amo.
Esta es sólo una de las tantas historias que se encuentran en las cartas de Yu-Gi-Oh!. Son bastantes, pero esta en particular, es un recordatorio de que los perros llegaron para alegrar la vida de todo el mundo… o bueno, igual y no, pero los perros son mejores que los gatos. Siempre.