Sería un cambio tecnológico que beneficiaría a la experiencia que pueden ofrecer los videojuegos
En la generación pasada, los juegos tenían un estándar de 720p a 60 cuadros por segundo ó 1080p con 30 cuadros sin la necesidad de castigar el rendimiento del proyecto en cuestión. La generación actual ahora ofrece un rendimiento de 1080p en casi todos los juegos, pero, a veces hay sacrificios en los cuadros por segundo, lo cual no tiene contentos a muchos usuarios. En el apartado gráfico, la diferencia no fue tan notoria como muchos imaginaron, sin embargo, de menos hubo mayor calidad en la presentación visual. Lo que venga para el PS5 y Xbox Scarlett parece que seguirá por el mismo rumbo o dirigirse a una nueva experiencia de juego aprovechando redes neuronales si el hardware lo permite.
¿Para dónde van las consolas? ¿Cuál es su siguiente paso?
Durante una entrevista con el sitio GameingBolt, el director técnico de Cradle Games, Marc-André Jutras dijo que tiene ciertas aspiraciones para la siguiente generación de consolas. “Lo que me gustaría ver en el futuro, y será un poco difícil, son las redes neuronales“, mencionó. “Creo que es algo que viene bien a los videojuegos. Supongamos que en Assassins Creed, los juegos aprenden que sigues haciendo misiones o cosas específicas, y adapta algunas de ellas a cómo juegas. Creo que eso es algo que empezamos a ver. Porque es muy fácil aburrirse en los grandes juegos de mundo abierto. Es fácil decir ‘Oh, vi lo mismo una y otra vez’, hay una disminución en el rendimiento de los juegos. Entonces, si el juego puede aprender cuando estás a punto de aburrirte y generar algo para ti en ese momento, creo que podría ser increíble”.
El lead producer cree que las consolas de siguiente generación, es decir PS5 y Xbox Scarlett, tal vez puedan alcanzar algo como esto, todo depende de las cosas que puede hacer y no un CPU. Por ejemplo, la generación actual de consolas no tiene el poder de procesamiento para correr redes neuronales de modo apropiado.
La mayoría de las ocasiones, los jugadores imaginan que el siguiente salto en las consolas será visual, sin embargo, a veces puede ser de mero rendimiento, lo cual va de la mano con la experiencia de juego. Si una consola tiene el poder que ayude a un juego a aprender del mismo usuario para evolucionar, la experiencia podría seguir otros rumbos jamás vistos.