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La nueva historia alrededor de los personajes del Karate Kid nos cuenta sobre la importancia de los maestros.

No sabemos si Cobra Kai haya logrado atraer más suscriptores a YouTube RED, sin embargo, sí logró un par de cosas: las ganas de practicar karate y la importancia de un maestro para lograr esta meta.

La secuela de Karate Kid cumple cabalmente con la premisa de la importancia del alumno y el maestro. ¿Cómo? De un modo muy sencillo.

La sed de venganza y redención




Cobra Kai cuenta la historia de Johny Lawrence, el antagonista de Karate Kid que seguía al pie de la letra el mantra del dojo del Sensei John Kreese; sin piedad, el oponente frente a ti es el enemigo… SIN PIEDAD. El ahora adulto y rubio combatiente vive en lo que podríamos decir es la miseria de la clase media baja de los Estados Unidos, especialmente porque sus días de gloria quedaron en el pasado después de la cruel derrota frente a Daniel Larusso en el Torneo de Karate de All-Valley.

Hoy en día, Johny no es la sombra de lo que era antes, tal vez está atascado en el pasado, pero, eso no lo vuelve una mala persona. Digamos que vive al día y como puede. Después tenemos a Daniel Larusso, 2 veces campeón de Karate, exitoso dueño de una concesionaria automotriz, con una familia sana y viviendo con el honor que le inculcó el señor Miyagi.

La manera en que se cruza la vida de cada uno de estos rivales es maldita, en especial para Johny pues debe soportar el éxito de Daniel.

Un nuevo alumno y la enseñanza del Karate a una generación encerrada en lo políticamente correcto.

Si bien las generaciones han evolucionado un poco, no han dejado de existir los abusadores en las escuelas y calles. Miguel Diaz, un chico que acaba de llegar a un barrio muy pobre en Los Ángeles, se mete en problemas cuando un grupo de abusadores lo golpea. Johny Lawrence es testigo de los abusos, sin embargo, no hace nada hasta que se meten con su auto. Lo lógico sería pensar que éste enseñaría de inmediato al latino, sin embargo, no sucede así hasta que su sed de venganza sobre Daniel Larusso despierta su espíritu de enseñanza al más puro estilo de Cobra Kai.

A diferencia de cómo vemos a el señor Miyagi o el señor Han, dependiendo de la versión del Karate Kid, Johny maneja sus enseñanzas en lo aprendido en el dojo de Cobra Kai, en especial por todo el conocimiento heredado de Sensei Kreese. ¿Por qué volver a instaurar una doctrina tan violenta y agresiva? La respuesta es sencilla, a los chicos de hoy les falta confianza y, sobretodo, agallas.

Sí, es un cliché muy tonto y pobre, sin embargo, la audiencia principal de esta serie, la que vivió la década de los 80, extraña la rudeza de productos como Rocky o Rambo y tiene cierta aversión por todo lo políticamente correcto. Tener a Johny como un nuevo maestro el cual enseña a la mala el Karate que no sirve para defender, sino atacar, llena ese espacio en el espectador.

¿Qué sucede con Daniel? El también consigue un alumno, pero, lo lleva por un camino muy parecido al que aprendió del señor Miyagi; el Karate es para defensa, nunca para ataque.

Ver a los jóvenes bajo el manto de Daniel y Johny muestra cómo existe enorme vacío de enseñanza en la actual generación de jóvenes en Estados Unidos. No se trata de que enseñen Karate, sino de alimentar con confianza a los jóvenes que llevan sus vidas bajo una brújula digital.

Una serie redonda

Cobra Kai es algo más que una simple película de 5 horas dividida en 10 capítulos es una vez más, un tributo a década de los ochenta. Los valores de producción son muy altos. El tratamiento de la narrativa es notable y los diálogos entre cada uno de los personajes son un guiño tras otro no solo a las películas de Karate Kid, también a varios filmes importantes que marcaron época.

Por otro lado, los combates son irreales, alejados de la realidad actual, sin embargo, despiertan emoción y, también, un poco de nostalgia, pues los combates deberían ser más un arte que una pelea callejera. Vamos, un verdadero artemarcialista cinta negra debería doblegar a un rival con el giro de su mano y no con un puñetazo salvaje.

Si a eso añadimos la importante relación entre un alumno y su maestro, tenemos como resultado una formidable serie con un final muy especial la cual vamos a tardar mucho tiempo en ver.