Reseña – God Eater Resurrection

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Debido al éxito que ha tenido la franquicia Monster Hunter, Bandai Namco decidió entrarle de lleno a los juegos de monstruos, y fue así como presentó God Eater para PSP en el ya lejano 2011. Después de un par de versiones mejoradas y hasta una secuela, la compañía decidió aprovechar las ventajas que ofrecen las consolas de nueva generación. Así nació God Eater Resurrection, una versión remasterizada y con todo el contenido extra que fue añadido con el tiempo, y aún más cosas.

La premisa deGod Eater Resurrection es una que a la cultura asiática parece encantarle: un futuro distópico. En el año 2071, la mayor parte del mundo ha sido destruido por unos demoníacos monstruos llamados Aragami (lit. ‘dios violento’) cuya única finalidad es devorar todo a su paso. Lo único que ha evitado la destrucción total de la humanidad es una organización llamada Fenrir, y un grupo de choque llamado God Eaters, guerreros que luchan con armas especiales llamadas God Arcs. Sus armas son muy especiales, pues están hechas con células de Aragami, y por lo tanto, son las únicas que pueden destruir a los monstruos. Nosotros, el protagonista, somos uno de los primeros God Eater nueva clase, pues nuestra God Arc puede cambiar indistintamente de entre forma espada y forma pistola; mientras que las de los demás es estática. Al iniciar el juego podremos personalizar a nuestro gusto al personaje, eligiendo sexo, color de piel y cabello, tipo de cuerpo, movimiento y hasta voz.

Uno de los grandes problemas de esta entrega es la geolocalización. Por razones inexplicables, Bandai Namco decidió eliminar la opción de escuchar el juego en su idioma original, por lo que tenemos que conformarnos con el doblaje americano. Lamentablemente, este es bastante pobre. Aunque hay algunos personajes que están bien doblados, la mayoría de ellos no tienen una concordancia entre la modulación, el tono y el lenguaje corporal o el mismo tipo de cuerpo.

En cuanto a la cuestión gráfica-auditiva, God Eater Resurrection es un juego polarizado. Por un lado, la banda sonora es excelente; con piezas orquestrales animando las batallas más épicas o los momentos de más peso emocional. Por otro lado, se nota demasiado que este es un remaster de un juego de PSP: el juego no se ve mal en sí, pero tiene una calidad gráfica muy inferior a la que puede ofrecer un PS4 o un PS Vita.

El juego es un RPG de acción, por lo que básicamente, el gameplay se dividirá  en 2 grandes momentos: por un lado, está el cuartel general de Fenrir. Aquí podremos reabastecernos de objetos, mejorar, modificar o comprar nuevas armas, elegir las misiones, los equipos y desarrollar algunas partes del modo historia. Por otro lado está el campo de batalla, donde pelearemos con los Aragami.

El juego avanza a través de un sistema de misiones. Antes de entrar a la batalla, en el cuartel general podremos leer un briefing de cada una de las misiones, las cuales nos darán una descripción general de los monstruos a enfrentar. Cada uno es débil ante cierto tipo de daño (piercing, slashing, etc.) y cierto elemento (fuego, hielo, etc.), por lo que tenemos que encontrar coincidencias entre ellos para elegir la combinación de armas que nos den la mayor ventaja posible durante las batallas. Afortunadamente, el juego está cargado de una muy buena variedad de armas, por lo que puedes probar muchas de ellas y evitar la rutina. Hasta puedes hacer builds diferentes y guardarlos si ya encontraste algún set que te funcionó muy bien. Además, hay un sistema de crafteo muy profundo, el cual permite crear armas específicas con diferentes mejoras, características y efectos especiales para utilizar en batalla. Cada arma es realmente única.

Ya en el campo de batalla, God Eater Resurrection toma un ritmo muy dinámico. Aparecemos en un mapa el cual tendremos que recorrer para encontrar los Aragami que tenemos que destruir. Ya que lo hagamos, podremos utilizar nuestra God Arc y otros artilugios para derrotarlo. Correr, brincar, disparar, utilizar combos, poner trampas y usar granadas  son solo algunas de las acciones que se pueden realizar. Mientras vamos avanzando en la historia la dificultad subirá gradualmente; así, tarde o temprano nos enfrentamos a varios Aragami a la vez, los cuales realizan ataques rápidos y tienen una cantidad de puntos de vida monstruosa. Llega un punto en que las misiones pueden durar más de 20 minutos peleando con el mismo Aragami.

El problema es que el juego no ofrece tanta variedad fuera del propio personaje o las armas. En realidad hay pocos tipos de Aragami, y aún menos escenarios diferentes, por lo que, seguir se puede volver un proceso algo repetitivo. Afortunadamente, la historia es buena e intrigante, y te atrae para seguir avanzando y llegar al fondo de todo. ¿Qué son los Aragami? ¿Cómo surgieron? ¿Realmente todos tus compañeros son quienes dicen ser? Estas y otras preguntas se irán desvelando conforme avanza el juego.

El gameplay es variado y dinámico, pero no está exento de problemas. Muchos botones realizan acciones diferentes según el contexto; por ejemplo, el mismo botón sirve para sprintear o cambiar de arma. Realizar cierta acción específica con un monstruo de 10 metros tratando de asesinarte a veces es algo difícil.